No había ido a Valencia desde hacía casi un mes. Aunque sabía obviamente del cierre de la hostelería, ver los bares y restaurantes cerrados, impresiona. Muchos de ellos no volverán a levantar la persiana y se verán abocados al cierre definitivo. Otros, sin embargo, tienen un futuro muy incierto porque va a depender mucho de lo que dure la crisis y de la capacidad de aguante financiero que tenga cada uno. No sé si cerrar la hostelería ha sido la mejor solución para detener los contagios porque se ha demostrado que la mayoría de los contagios por Covid se ha producido en el ámbito familiar y educativo. Madrid no ha cerrado la hostelería y tiene una tasa de contagios mucho menor que la que registra Valencia. La hostelería ha cumplido a rajatabla con todas las medidas de seguridad y ha sido el pagano de esta crisis. Las pérdidas en el sector hostelero superarán los 67.000 millones de euros y ha dejado en la calle a más de millón de personas. Las ayudas anunciadas por el Consell son insuficientes. Un plan económico que se queda corto.

 España es un país de bares, de tapeo, de buena gastronomía, de cerveza y vino.

El martes cuando estuve recorrí alguna de las calles más emblemáticas de la ciudad y me encontré con muchos negocios  cerrados o que se traspasaban. Cuando solo hace unos meses había muchas dificultades para encontrar un local para alquilar, ahora todo son facilidades. El grupo Inditex, dueño de las marcas  Zara y Massimo Dutti,  ha anunciado el cierre de varias de sus tiendas en Valencia y Alicante, lo que vaticina el incierto futuro que se cierne también sobre este sector. Si un gigante del tamaño de Inditex decide cerrar tiendas en toda España, las perspectivas que se vislumbran no son nada halagüeñas, ni para este sector ni para otros muchos que se verán arrastrados por la crisis.

Cuando he entrado a Valencia con el coche parecía que fuera un domingo cualquiera, con poco tránsito, poca gente en la calle, pero no era domingo, era martes. Un día laborable que en otras circunstancias hubiera estado a rebosar de gente, con los bares, cafeterías, restaurantes y comercios abiertos y atiborrados de personal. El puto bicho está acabando con todo.  También con nuestra paciencia.

La Comunidad Valenciana es una de las más afectadas por la Covid, con los peores datos de contagios y de incidencia acumulada, una situación crítica, que ha obligado a la Generalitat a endurecer las medidas, ampliando la orden de confinamiento a los fines de semana en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Por tanto a Valencia no se podrá acceder, salvo causa justificada desde el viernes a las 3 de la tarde hasta las 6 de la madrugada del lunes. La medida estará en vigor hasta el 15 de febrero. Esperemos que para entonces seamos capaces de doblegar la curva y bajar el número de contagios y de fallecidos.