Algunos que ya pintamos canas, echamos mucho de menos a los políticos de la Transición que fueron capaces de llegar a acuerdos aunque estuvieran en las antípodas ideológicas, pero siempre anteponían el bien común a los intereses de partido. El periodo democrático que se abría con la legalización del PCE fue un ejemplo para muchas democracias del mundo que venían en España un espejo donde reflejarse.

Tras cuarenta años de dictadura, la Transición fue un modelo de concordia, paz,  progreso y de reconocimiento de las libertades en gran parte debido a la clase política que había entonces que supo moderar las distintas sensibilidades.

La política se entendía como un bien de servicio público.

Entre todos fueron capaces de enterrar ese periodo negro en la historia de España que fue la Guerra Civil.

Habría que volver a aquel espíritu de la Transición que hizo posible que este país consiguiera años de bonanza y de prosperidad económica, como nunc antes había tenido.

La situación política del momento con una crisis política, económica, social y territorial requiere de grandes pactos de Estado. Hay muchos frentes abiertos con el problema de Cataluña, que precisan de un amplio consenso parlamentario por parte de los grupos constitucionalistas para aislar al independentismo y a los populismos de las áreas de poder.

Es urgente que el señor Sánchez rompa con sus socios podemitas y busque acuerdos con otras fuerzas políticas y que el PSOE vuelva a sus postulados socialdemócratas.

Pedro Sánchez no puede seguir apoyándose en aquellos que quieren la ruptura con el resto del Estado y justifican y avalan la violencia.

Los disturbios y actos vandálicos que se están produciendo en varias ciudades de España, con especial virulencia en Cataluña, a raíz de la detención del rapero Pablo Hasél y la justificación de la violencia por parte de algunos dirigentes políticos, que en cualquier otro país serio hubieran sido cesados de manera fulminante, rebasa todas las líneas rojas de la convivencia democrática.

La violencia no cabe en una democracia plena como la española. La libertad de expresión no está en peligro. Lo que está realmente en peligro es nuestro sistema de libertades.

En España se ha hecho un experimento de Gobierno de coalición con Unidas Podemos con el apoyo del independentismo que ha resultado un auténtico fracaso. Las desavenencias dentro del Gobierno son cada vez mayores. No puede ser que dentro del Gobierno haya un partido como Unidas Podemos que ejerza de Gobierno y oposición al mismo tiempo. El señor Iglesias y la formación que representa deberían dejar claro dónde quieren estar.