Cuando está a punto de comenzar la cumbre de la OTAN en Madrid que tendrá lugar los próximos días 29 y 30 de junio, ya hemos escuchado a los socios del Gobierno de Sánchez lanzar sus proclamas antimilitaristas y anti OTAN.

Coincidiendo con el 40 aniversario de la adhesión de España a la Alianza Atlántica, Unidas Podemos y grupos afines, ya han anunciado actos de protesta y manifestaciones.

La formación morada sigue ejerciendo de Gobierno y de oposición, olvidando que forman parte del Gobierno de España y eso significa hablar con una única voz.

En política exterior, pero, sobre todo, en política de seguridad y defensa no puede haber ninguna fisura.

He escuchado a algunos dirigentes de la izquierda casi culpabilizar a la OTAN de la guerra de Ucrania, cuando el único responsable del conflicto es el dictador ruso Vladimir Putin.

Putin ha conseguido que la UE haya respondido de forma conjunta a la agresión rusa sobre un Estado soberano como es Ucrania, reforzar la OTAN que estaba bastante olvidada con nuevos países aliados como Suecia y Finlandia que hasta ahora mantenían una posición neutral y que los países miembros redoblen sus presupuestos militares en Defensa, como va a hacer España aportando el 2% del PIB en línea con el resto de países.

No he escuchado a la izquierda sobre cómo debe responder un país que ha sido agredido contraviniendo todas las normas de los Tratados internacionales. ¿Enarbolando la bandera de la paz? ¿Pidiéndole a Putin que se retire de las zonas ocupadas?  ¿Qué detenga los bombardeos y se vaya a su casa?

No seamos ingenuos. Eso no va a ocurrir nunca. La disuasión militar como ocurrió durante la Guerra Fría, junto a las sanciones económicas, es la única manera de parar las ansias expansionistas del dictador ruso.

El mundo necesita estar cada vez más protegido de amenazas externas.  Lo hemos visto con Ucrania, pero puede ser cualquier país europeo. Para ello es necesario aumentar el presupuesto en Defensa.

Los mensajes antibelicistas que estaban muy bien en otras épocas, hoy no tienen ningún sentido, si atendemos a la realidad geopolítica del momento.

Necesitamos una OTAN fuerte militarmente, con más soldados y más armamento. Rusia es la principal amenaza, pero también el norte de África.