Ha llegado a España un grupo de refugiados desde Afganistán. Entre ellos, algunos traductores que sirvieron al ejército español durante la guerra de Afganistán. Cuando se cumple un año desde la toma del poder de los talibanes, y la salida del ejército de EEUU y del resto de socios de la UE, entre ellos España, el país está absolutamente sumido en el caos.

Todavía muchas personas siguen atrapadas en Afganistán, sin poder salir del país. Las salidas se producen a cuentagotas por las enormes dificultades para hacerlo. España es de los pocos países que siguen intentando sacar del país al mayor número de personas. Familias que huyen de la guerra en busca de un futuro más esperanzador.

Afganistán se ha convertido en un hervidero de células terroristas y de tráfico de drogas.

A penas se habla de Afganistán porque la guerra de Ucrania ha acaparado la portada de los medios de comunicación, pero la situación que vive el país es de absoluto recorte de derechos y libertades desde que los fundamentalistas llegaron al poder, sobre todo para las mujeres que han visto como todos sus derechos se pisoteaban.

Varias activistas han sido detenidas o asesinadas desde que los talibanes tomaron el poder. Mujeres valientes que siguen luchando por sus derechos. Profesoras,  periodistas, médicas, ingenieras, estudiantes…

El avance que se había producido en el país asiático en derechos sociales, donde las mujeres podían estudiar, trabajar y ocupar cargos de responsabilidades, han  desparecido por completo. Las mujeres ya no pueden estudiar  ni trabajar. Para salir a la calle es obligatorio el uso del burka.

El aislamiento internacional y la pobreza, desde la precipitada salida de las tropas estadounidenses han dejado un país devastado por el terror y la miseria.