El diputado de Compromís Joan Baldoví ha anunciado que se presentará como candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana en las próximas elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo. Hace unos días hizo público el anuncio que ha pillado con el pie cambiado a algunos.

Joan Baldoví ha dado el paso después de la imputación de Mónica Oltra por el caso de los abusos sexuales a una menor  de edad por parte del ex marido de la exvicepresidenta de la Generalitat y consejera de Igualdad.

Una candidatura que ha abierto fisuras en la formación nacionalista, integrada por varias corrientes con el antiguo Bloc, ahora Mes Compromís, Iniciativa del Poble Valenciá (IPV) y Verds Equo del País Valenciá.

Hay que reconocerle a Baldoví, que ya es gato viejo en la política, la sagacidad de ser el primero en mover ficha y anunciar su candidatura.

No corren buenos tiempos para Compromís después de conocerse la imputación de Mónica Oltra por el caso de los abusos sexuales de su ex marido.

La justicia en este país es muy lenta y es muy probable que la sentencia se demore varios meses, posiblemente hasta después de las elecciones.

Aunque la figura de Oltra ya  está amortizada en Compromís, no faltan los nostálgicos en la coalición nacionalista de izquierdas que hablan de recuperarla, en caso de que resulte absuelta, el caso por el que está siendo juzgada es de la suficiente gravedad, como para que los días de Oltra en la política valenciana hayan acabado definitivamente, independiente de cuál sea el resultado de la sentencia.

Respecto a Baldoví, hay que reconocerle su trabajo en las redes sociales, donde desde su cuenta de Twitter se dedica a linchar a la derecha. Es un político que mediáticamente tiene mucha presencia, gracias a los medios afines, cosa bien distinta es el trabajo parlamentario que realiza en el Congreso de los Diputados y para el cual fue elegido.

Raro es el día que el ex alcalde de Sueca no acapara cientos de me gustas en su cuenta de twitter, con sus mensajes contra Santiago Abascal, García Gallardo o Toni Cantó.

Fuera de las redes sociales no se le conoce trabajo parlamentario alguno que haya servido para mejorar la financiación autonómica de la Comunidad Valenciana, que sigue infrafinanciada respecto a otras autonomías o sobre el Corredor Mediterráneo, cuyas obras llevan una demora de más de 25 años y cuya finalización es fundamental para la economía valenciana y sus empresas.

El apoyo de Compromís a los PGE no se ha traducido en ninguna contraprestación económica para la Comunidad Valenciana que sigue a la cola de la CCAA.

Baldoví, que cobra un sueldo público que le pagamos todos, se niega sistemáticamente a responder a las preguntas de periodistas de otros medios de comunicación, debidamente acreditados en el Congreso de los Diputados a los que ha llegado a calificar de “malas personas” por el hecho de preguntarle sobre Mónica Oltra y su imputación.

Otras formaciones como ERC, Junts o EH Bildu también se niegan a responder en sus ruedas de prensa a ciertos periodistas,  que ellos califican de extrema derecha para eludir responder a sus preguntas.

Una cosa es lo que un político pueda hacer en el ámbito privado y otra muy distinta  es en sede parlamentaria, donde todos los políticos deben someterse a las preguntas de los periodistas, les resulten incómodas o no.

Sus excentricidades en el Congreso de los Diputados, como amagar con un striptease para reprochar al Gobierno de Mariano Rajoy  su ley hipotecaria, le han dado cierta notoriedad, pese a contar con un solo diputado.

Fuera de ese circo mediático al que algunas señorías nos tienen acostumbrados para llamar la atención, la aportación parlamentaria del señor Baldoví en los años que lleva como diputado ha sido más bien escasa.