Todavía hay clases. También en la política. Lo pudimos comprobar el otro día cuando el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, agarró de los hombros en un gesto absolutamente despreciable a la ex presidenta Soraya Sáenz de Santamaría y le espetó con aire de superioridad: "Me alegro de que os vayáis". A lo que Sáenz de Santamaría le contestó: "A mí no me alegra de que lleguéis. Pero esto es la democracia".

Que Monedero se alegre no es noticia. Que estuviera merodeando como alma en pena alrededor del Congreso de los Diputados, tampoco. Que le diga en qué consiste la democracia sí que lo es. Pero lo que ha sido noticia y ha corrido como la pólvora en las redes sociales es el gesto machista e intolerable del cofundador de la formación morada, que ha hecho del feminismo y de la reivindicación de la mujer uno de los pilares de su argumentario político.

Me pregunto cuál hubiera sido la respuesta, sobre todo en la calle, si la moción de censura se hubiera producido al revés, es decir, si hubiera sido la derecha, en este caso, el PP quién hubiera presentado la moción para echar a un candidato de izquierda. El revuelo social que se hubiera montado habría sido de órdago.

Al margen del éxito de la moción de censura que ha salido adelante gracias al apoyo de los grupos independentistas y de la extrema izquierda, Sáenz de Santamaria me parece una de las mejores parlamentarias que ha dado la democracia española y, sin duda, sería una excelente candidata para sustituir a Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales.