Si uno vive en sociedad se habrá percatado de que los temas que afectan de una forma directa a la mujer por su condición de tal suelen llevar aparejada la opinión y el juicio de toda la sociedad. Maternidad, aborto, dolores menstruales, imagen corporal... todos ellos generan controversia y opina todo el mundo. ¡Ojo! que opinar es libre y ampara el derecho a la libertad de expresión, pero las afectadas, quizás, tengan un peso específico cuando se trata de dar su versión. Y ni qué decir cuando se trata de tomar una decisión que afecta a una misma.

Precisamente en este sentido, y de una forma bastante grave, la médica anestesióloga valenciana, Elena Casado, ha publicado un hilo en su perfil de la red social Twitter contando una experiencia vivida en el hospital de Gandia, centro donde ejerce.

Se puede cambiar de opinión con respecto a la epidural, ¿eh? Rafael Henrique

La doctora narra cómo una durante su turno una parturienta reclama su presencia porque no aguanta más el dolor de las contracciones y quiere que le pongan la epidural. Al parecer, la joven en un principio quería un parto natural pero ante el sufrimiento ha cambiado de idea y necesita que le alivien los dolores. El asunto se complica porque su marido, que estaba en la habitación, decide intervenir en la conversación para intentar convencer a la muchacha de que no se la ponga.

"Bueno, has aguantado todo lo que has podido"

La médica explica cómo la joven que "está visiblemente agotada. Le duele y tiene mala cara", incluso "medio llorando" le dice que "no puede más" y que necesita que le pongan la anestesia. Sin embargo, el marido, trata de manipularla interviniendo sin que nadie le pida su opinión con frases como: "es que está de ocho (centímetros) y ya casi está", "pero no te la pongas, que estás de ocho, un empujón y ya está, tu madre no quiere" o un condescendiente e hiriente "bueno, has aguantado todo lo que has podido."

La mujer, joven y sin ningún tipo de contraindicación, cambió de idea y al enfrentarse a los desgarradores dolores de un parto pidió una práctica médica habitual. ¿Qué para algunas personas quizás sea 'demasiado' habitual porque 'parir sin dolor no es parir' y bla, bla, bla...? Tal vez, pero como dice la doctora Casado: "La epidural es un derecho y tiene derecho a no tener dolor. Y la que lo elige es ella, ni tú, ni su madre, ni yo, ni nadie. Ella. ¿Estamos?".

Pues eso.