La vida que espera a mamá Maje en prisión

La viuda negra de Novelda compaginará el cuidado de su bebé con actividades y limpieza en la Unidad de Madres de la cárcel de Alicante

Maje, durante su juicio.

Maje, durante su juicio.

P. Cerrada

Los próximos tres años que le esperan a Maje, la viuda negra de Novelda, en la Unidad de Madres «Irene Villa» de Fontcalent para convivir con su hijo recién nacido serán diferentes y menos duros que la vida en las celdas de los módulos normales de cumplimiento. No obstante, fuentes penitenciarias aseguran que su vida diaria será más exigente y entre los cuidados del bebé y las actividades formativas y labores de limpieza no le quedará tiempo para estar ociosa.

La Unidad de Madres tiene un carácter más terapéutico y está diseñada de tal forma que los menores no tengan la sensación de estar conviviendo entre rejas con sus madres. María Jesús Moreno Cantócondenada a 22 años de prisión por urdir el asesinato de su marido en València, el ingeniero noveldense Antonio Navarro, estará en la Unidad de Madres de la cárcel de Alicante hasta que su hijo cumpla los tres años, aunque excepcionalmente podría alargarse hasta los 6 años con un informe favorable de la Fiscalía, algo que parece improbable.

A partir de que el hijo cumpla los 3 años, Maje, salvo que se quede de nuevo embarazada, volverá a ser recluida en una celda de uno de los módulos de Cumplimiento y su familia o el padre biológico -un preso condenado por asesinato que no solicitó estar presente en el hospital por el partose harán cargo del niño. Maje seguía este viernes ingresada en el Hospital General de Alicante tras dar a luz poco antes de las siete de la tarde del jueves.

La Unidad de Madres donde Maje cumplirá parte de su condena está ubicada dentro del centro penitenciario pero separada de los edificios donde están recluidos la gran mayoría de presos y presas. Cuenta con 32 habitaciones y actualmente hay 15 mujeres y 12 niños, aunque ya son 13 contando con el bebé que dio a luz Maje el pasado jueves.

Vida diaria

La vida diaria de las internas de la Unidad de Madres de Fontcalent comienza a primera hora de la mañana con un recuento ordinario matinal y a continuación desayunan con sus hijos. Una vez han terminado el desayuno, se asean y ordenan sus habitaciones antes de llevar a las niñas y niños a la guardería habilitada en la Unidad de Madres. Mientras dos educadoras infantiles se encargan de los hijos de las madres presas, las internas se ocupan entonces de sus obligaciones en tareas de limpieza del departamento y también acuden a los diferentes talleres y actividades formativas impartidas por voluntarios de varias Ong.

Antes de la comida pasan un tiempo compartiendo juegos con los menores y las tardes son más relajadas para estas internas. Los niños están con sus madres en la zona de juegos y tras la cena vuelven todas con sus hijos a las habitaciones.

Las madres presas pueden recibir visitas de sus familiares de forma periódica y pediatras de una Ong de Elche acuden por la tarde a la Unidad de Madres para atender a los hijos de las internas.

La Unidad de Madres está diseñada en función de las necesidades de los menores.

La Unidad de Madres está diseñada en función de las necesidades de los menores. / L-EMV

De las 32 habitaciones que hay en la Unidad de Madres, una está adaptada para personas con movilidad reducida y hay dos que son dobles y están pensadas para albergar a una madre con hijo y a una interna embarazada. Cada habitación estándar tiene una superficie de 22 metros cuadrados distribuidos en un salón estar-comedor, oficio, dormitorio y cuarto de baño, según explicó en su día Instituciones Penitenciarias cuando acudió a Fontcalent el ministro del Interior.

Según Instituciones Penitenciarias, las unidades de madres están diseñadas «en función de las necesidades de los menores y concilian el cumplimiento de la condena de la madre con el derecho de los hijos e hijas a vivir una infancia feliz». Por ello, las medidas de seguridad están configuradas de manera que no sean percibidas por los pequeños y las internas son controladas con cámaras de televisión y controles magnéticos. El objetivo es dar un aspecto amable, familiar e infantil a los espacios comunes y crear un ambiente pensado para los menores.

Maje y el que fuera su amante, Salva, fueron condenados en octubre de 2020 a 22 y 17 años de cárcel, respectivamente, por el asesinato del marido de la viuda negra de Novelda, el ingeniero noveldense Antonio Navarro Cerdán. Antonio se iba a trabajar la mañana del 16 de agosto de 2017 cuando le asestó Salva ocho cuchilladas en su plaza de garaje del barrio valenciano de Patraix.