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Los principales dirigentes del PP valenciano abandonaron ayer el silencio en el que les había sumido el levantamiento del secreto sumarial del caso Gürtel para pedir al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que tome medidas al respecto y para sugerir a los implicados en la trama que asuman sus responsabilidades, incluidas dimisiones.

La primera fue la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, principal apoyo de Camps en sus momentos más complicados. Después de unos días de retiro por motivos personales, ayer convocó una rueda de prensa para hablar del Plan Estatal de Inversión Local, pero a todas luces preparada para dar a conocer su esperado veredicto en este asunto.

De entrada, dijo apoyar al presidente Camps «con la misma intensidad, con el mismo cariño y la misma lealtad que hace ocho meses». Sin embargo, al ser preguntada si ese apoyo era extensible al resto de implicados en la trama Gürtel, concretamente a Ricardo Costa, la alcaldesa cambio el tono. «Ahora —dijo— se han conocido conversaciones privadas y cada uno tienen que responsabilizarse de ellas». «Cualquiera de nosotros no soportaría una conversación escrita con sus amigos o sus familiares, pero estamos en política y nadie nos pone una pistola en el pecho para estar», precisó.

La alcaldesa de Valencia aseguró que en la reunión de Mariano Rajoy y Francisco Camps en el parador de Alarcón se marcó una estrategia que incluye con toda seguridad, dijo, medidas en este sentido.

Ella por su parte, está dispuesta a darles su consejo si se lo piden y a apoyar cualquier decisión de la dirección nacional o regional. «Estamos en política y en política hay que dar explicaciones y tomar decisiones», apostilló.

Imagen perjudicada

En cualquier caso, la mayor preocupación de Rita Barberá en este momento es la imagen del partido, «claramente perjudicada allá donde gobierna». A su juicio, «se está produciendo una orgía de morbo y de cotilleo» que no se corresponde con el fondo del sumario, del que no se desprende «ningún objeto judicial».

«No hay una trama para la financiación irregular del Partido Popular, ni a nivel nacional ni en Valencia. Lo que hay es una trama de unos absolutos indeseables que se quisieron aprovechar de la amistad de dirigentes del Partido Popular y que los han traicionado», explicó.

Por lo que a ella respecta, insiste en que no ha tenido la menor relación, «gracias a Dios», con «estos personajes» de la trama Gürtel ni ha recibido regalos de ellos.

De todas formas, la pregunta le valió para recordar que esta acusación salió a la luz pública meses antes de que se levantara el secreto del sumario y denunciar, sin hablar ya de conspiración del Gobierno, «el abuso continuado de las instituciones por parte de quien gobierna» y el «desastre» que es en estos momentos el Estado de Derecho.

Lo mismo que Rita Barberá, el vicepresidente tercero del Consell, Juan Cotino, aseguró ayer que ha llegado el momento de tomar decisiones drásticas en forma de dimisiones. Aunque Cotino recuerda que de lo que se conoce del sumario no se desprende que haya responsabilidades legales ni morales, sí las hay «estéticas y políticas», dice.

Por su parte, el presidente de la Diputación de Valencia y presidente del PP en la provincia, Alfonso Rus, dijo poner la mano en el fuego por la honradez del número dos del partido, Ricardo Costa, aunque lo acusa abiertamente de dejarse engañar por el Bigotes y recuerda que esto «no puede ocurrir cuando uno es el encargado de dirigir el partido de puertas adentro».