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El operativo de búsqueda de la leona, que luego fue perro, habría costado, sólo en Catalunya, alrededor de 100.000 euros. Esta cantidad no fue confirmada por el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya, aunque expertos en emergencias no descartan este coste, atendiendo que se movilizaron más de 40 personas entre policía local, agentes rurales, Mossos d´Esquadra y Seprona de la Guardia Civil. La solución final por la que optaron los agentes rurales, abatiendo al perro, también ha generado numerosas críticas por parte de organizaciones ecologistas.

La Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA), la Fundación para la Adopción, Apadrinamiento y Defensa de los Animales (Faada) y la Fundación Altarriba han criticado la muerte a tiros del perro de La Sénia que fue confundido por varios vecinos de la zona con una leona, y para cuya captura se había desplegado un importante dispositivo. Adda ha enviado una carta abierta el conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, advirtiéndole de que, pese a que Catalunya cuenta con «la legislación más avanzada de España» en materia de defensa de los animales, lo ocurrido en La Sénia evidencia la «incompetencia» del departamento que dirige.

Funcionarios del Cos d´Agents Rurals, dependientes de la conselleria, dispararon ayer contra el perro de grandes dimensiones, después de que fracasara un intento de captura con un sistema de jaulas y, según explicaron, ante la llegada de la noche que imposibilitaba su sedación porque ese método no garantizaba que pudieran encontrar al cánido.

«Perro inocente»

Adda señala en la carta que la muerte del «perro inocente» estaba decidida desde el momento que se originó la «fantasía» de la leona y que, desgraciadamente, éste era un test para medir la sensibilidad de Catalunya e incluso su «grado de desarrollo».Faada lamenta en otro comunicado que «no se concedió ninguna oportunidad» al perro, cuando simplemente tuvo la «mala suerte» de ser confundido con una leona. Esta fundación explica además que ayer se ofreció «en vano» a los agentes rurales para colaborar, ya que «con un poco de paciencia y psicología canina» hubiera sido posible no tener que matarlo.