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La escritora rumano-alemana Herta Müller, narradora del desamparo y voz de las minorías alemanas en los países del centro de Europa consiguió ayer el Nobel de Literatura. La Academia sueca destacaba que su obra dibuja los paisajes de los desposeídos «con la concentración de la poesía y la objetividad de la prosa».

Müller se convertía así en el duodécimo Nobel femenino y el decimotercero en alemán.

La designación de Müller supone reconocer a una autora que encarna en buena parte el destino de las minorías alemanas en los países del centro de Europa que, tras el fin de la II Guerra Mundial, en muchas ocasiones tuvieron que pagar por partida doble las culpas del nacionalsocialismo.

La escritora, que vive en Berlín desde 1987, nació en Nytzkydorf (Rumanía) en 1953 y en una familia de la minoría alemana en ese país —a la que pertenecieron otros escritores emblemáticos alemanes como Paul Celan u Oskar Pastior— y desde muy pronto trató de tender puentes entre las dos culturas a las que pertenecía.

Herta Müller estudio filología germánica y filología rumana simultáneamente, tratando de profundizar los conocimientos de las dos literaturas a las que sentía que pertenecía.

Con la Rumanía oficial, regida por el dictador Nicolai Ceaucescu, entró en conflicto muy pronto al ser despedida de su primer trabajo, como traductora en una fábrica de máquinas, por negarse a colaborar con la Securitate, el servicio secreto de la Rumanía comunista.

Su primer libro, En tierras bajas, también fue motivo de conflicto. El manuscrito reposó durante cuatro años en la editorial antes de que finalmente pudiese publicarse, en 1982, con recortes impuestos por la censura rumana.

Dos años después, la versión original del libro apareció en Alemania, ante lo que las autoridades rumanas reaccionaron imponiéndole a Herta Müller la prohibición de publicar. En ese libro, compuesto de una larga narración de unas ochenta páginas y de otras narraciones breves, Müller enfoca, con mirada infantil, la vida de un pueblo alemán perdido en Rumanía.

Se trata de un pueblo venido a menos tanto en lo económico como en lo moral. «No soportamos a los demás ni nos soportamos a nosotros mismos y los otros tampoco nos soportan», dice uno de sus textos.

La historia que cuenta Herta Müller en toda su obra, en buena parte, es la historia de represión permanente. De hecho, la Rumanía de Ceaucescu y el destino de la minoría alemana allí está siempre presente en sus relatos. De sus cuatro libros publicados en España sólo dos están disponibles.

Ese es el caso de El ser humano es un gran faisán en el mundo, una de sus últimas obras donde aborda el destino de una familia alemana que espera con ansiedad la autorización para poder abandonar Rumanía.