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El pleno de la corporación municipal será el máximo órgano de gobierno –y el único– que funcionará a partir de ahora en Borriol tras la eliminación ayer por acuerdo plenario de las juntas de gobierno. Fue la primera batalla que libró el PP de Adelino Santamaría, ahora en minoría, contra los cinco concejales de la oposición y el edil tránsfuga del PP Batiste Esteve que, pese a estar todavía oficialmente en el grupo, funcionó como uno más de la oposición (incluso con su posición en la mesa de plenos) en la reunión de ayer.

El ayuntamiento perderá su junta de gobierno –y Santamaría el poder que le daba hasta ahora la toma de decisiones en este órgano sólo representado por el PP– en aras, según los tres partidos de la oposición de la «democratización» de la vida municipal después de 10 años, los que lleva Santamaría en el sillón de alcalde «de falta de transparencia y oscurantismo, de que no nos enteramos de nada porque ni los técnicos, pese a que están obligados, pasan las actas a la oposición porque no tiene la autorización del alcalde», aseguró el portavoz del Bloc, Silverio Tena.

El debate de este punto, pese a ser muy concreto en su redacción, se amplió hasta dejar lugar a la discusión sobre el retraso en la aprobación de los presupuestos o los presuntos intereses ocultos que llevaban a los seis ediles de la oposición a anular este órgano, con el objetivo último, según aseguró el alcalde de «paralizar la vida municipal» y así poder justificar una futura moción de censura.

El debate dejó entrever también la débil posición en la que se encuentra Santamaría, a merced del resto de grupos –a los que acusó irónicamente de querer «imponer su mayoría»–, y la poca colaboración que el alcalde piensa poner con el resto de la corporación, llegando en momentos a las acusaciones personales, como las alusiones a los intereses personales de la socialista Pilar Garnés. Eso sí, el principal protagonista de la nueva situación política en Borriol, el ex concejal del PP Batiste Esteve no recibió ninguna de los golpes verbales lanzados por Santamaría, más allá de la indicación al principio de la sesión de que su lugar debía estar «al fondo de la mesa».

El tono conciliador sólo lo adoptó Santamaría al principio de la reunión, en el debate del primer punto, en el que se acordó, por unanimidad de los 11 concejales, que el consistorio celebre un pleno mensual, en vez del pleno trimestral que tiene actualmente. Será todos los últimos lunes de mes y a las 20 horas, para facilitar la asistencia de los vecinos que ayer, pese a la hora, acudieron al salón de plenos para ver la primera derrota de Santamaría como alcalde. Algunos hasta aplaudieron.