La junta de gobierno del Ayuntamiento de Almassora ha acordado instalar bandas reductoras de velocidad en los caminos la Mar, pendiente de las obras de mejora de la seguridad, y Benafelí. El objetivo de esta medida provisional es reducir la elevada siniestralidad de los accesos a la playa a la espera de que se ejecuten los proyectos. Según fuentes municipales, la Policía Local ha emitido sendos informes que avalan esta iniciativa.

Las mismas fuentes apuntan que el objetivo es aplicar medidas que inviten al conductor a reducir la velocidad hasta que se ejecuten las obras. No obstante, la banda horizontal del Camí La Mar se situará a la altura de la curva del Molí Vernís, el tramo que fue excluido del proyecto de reforma de la carretera. La intervención de la Diputación Provincial se centrará en la eliminación de dos puntos sinuosos de este vial: Marjalet y Sant Antoni.

La otra banda se ubicará en el cruce entre el Camí Benafelí y el Camí Collantes, en la Ereta, para mejorar la seguridad en un punto con poca visibilidad, tal como aprobó la junta de gobierno del Ayuntamiento de Almassora el lunes. Esta iniciativa se suma a la instalación de paneles reflectantes en las curvas más peligrosas y a la reducción de los límites de velocidad, dos medidas que llevan meses en vigor a la espera de las obras a cargo de la institución provincial.

La redacción del proyecto de reforma del Camí la Mar concluyó el pasado mes de febrero después de que el Ayuntamiento de Almassora cediera a la Diputación Provincial la titularidad del suelo a comienzos de año. Finalmente, la remodelación de vial modificará la intervención en la curva de Marjalet porque un problema con la herencia entre propietarios impidió la cesión de dos parcelas muy pequeñas, circunstancia que apenas interfirió en la conclusión del proyecto. Tras más de un año de tramitación, los técnicos de Urbanismo de la institución provincial concluyeron la corrección del diseño inicial que permitirá continuar con la tramitación administrativa en próximas fechas. El objetivo pasa por reducir la sinuosidad del trazado y solucionar los problemas que acarrea la falta de arcén y la elevada velocidad de los conductores más irresponsables. La tasa de siniestralidad se dispara en verano coincidiendo con el desplazamiento de los vecinos hacia las villas.