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El consumo moderado de cerveza mejora la salud, ofrece hidratación y engorda poco

Sus nutrientes mejoran la protección del organismo frente a diversas enfermedades

A través del estudio «Relación entre el consumo moderado de cerveza, calidad nutricional de la dieta y tipo de hábitos alimentarios», se ha terminado con los falsos mitos que circulaban sobre la cerveza. El consumo de esta bebida se ha asociado popularmente con la denominada «barriga cervecera», sin embargo, diversos estudios ponen en duda que exista relación entre el consumo moderado de cerveza y la aparición de obesidad abdominal.

La realidad es que la aportación calórica de la cerveza es muy baja. Una caña de 200ml tiene tan sólo 90 kcal y en el caso de la cerveza sin alcohol esta cantidad se reduce a una media de 34 kcal. Aquí termina el falso mito. La culpa de la obesidad es una alimentación desequilibrada, la falta de ejercicio y la información genética, en algunos casos. Además, las personas que ingieren cerveza presentan un índice de masa corporal significativamente menor que los no bebedores. Y sorprendentemente, realizan una actividad física más elevada que el resto.

Según el estudio elaborado por Rosa Mª Ortega, catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, «los individuos que consumieron cerveza de forma moderada presentaron mejores hábitos alimentarios, una composición corporal más adecuada, mayores niveles de HDL o colesterol bueno y menores de LDL o colesterol malo que los no consumidores». La investigación también evidencia que la presión arterial no se vio influida por el consumo de la cerveza tradicional.

De esta forma, Ortega afirma que «las bebidas de baja graduación alcohólica como la cerveza y otras bebidas fermentadas pueden estar incluidas dentro de una dieta equilibrada como la Mediterránea, siempre y cuando su consumo sea moderado, es decir, no exceda los 20-30 gramos de alcohol al día (entre 2-3 cañas al día para los hombres y 1-2 para las mujeres). Por este motivo, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria incluye en la Pirámide de la Alimentación Saludable el consumo opcional y moderado de cerveza, por supuesto, siempre por adultos sanos.

Una bebida con historia

La cerveza es una bebida fermentada, de baja graduación alcohólica, elaborada a partir de ingredientes naturales, que tiene un bajo contenido calórico y numerosos nutrientes. Desde su origen, hace miles de años, esta bebida ha formado parte de la dieta de las civilizaciones clásicas y ha estado muy vinculada a fines terapéuticos. Los egipcios fueron quienes extendieron la cultura cervecera por la cuenca mediterránea. Fue en el siglo XVI, con la llegada del reinado de Carlos V, gran impulsor de esta bebida, cuando creció su popularidad en nuestro país. Actualmente, la cerveza forma parte de la gastronomía y la tradición del «tapeo» en los encuentros.

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