No hay quien frene al corredor torreblanquino Alejandro Broch que ayer logró ganar, por cuarto año consecutivo, la Pujà al Campanar de Alcalà de Xivert. Además, batió su propio récord. Aventajó en cuatro segundos a su más inmediato perseguidor. Una decena de jóvenes corredores participaron en esta atractiva prueba que este verano cumple su quinta edición. Los participantes tienen que subir lo más rápidamente posible los 133 escalones que hay desde la puerta hasta la bocana de salida.
Son 68 metros de torre campanario y la subida se hace a través de una escalera espiral muy empinada y estrecha que suele provocar mareos a los que no están acostumbrados a subir tan deprisa. E incluso también a los que suben andando. Los cuarenta últimos escalones suelen ser los más problemáticos. Los que parece ser que nunca se acaban, y donde menos luz hay. De ahí que desde arriba curiosos y cronometradores suelen animarles, gritando para que se hagan una referencia de que la línea de meta está cerca.
Cabe recordar que la torre-campanario de Alcalà de Xivert es la más alta de la provincia de Castelló (68 metros) y la tercera de la Comunitat Valenciana, sólo superada por el campanario de Santa María, de Ontinyent, con 71 metros, y por el campanario de la Seu, de Xàtiva, con 69.
Alejandro Broch sólo invirtió 26,1 segundos, por los 26,3 que tenía como mejor marca del año pasado. Consiguió rebajarla y estableció un nuevo récord. Broch sólo dejó de participar en la primera edición y ha estado presente en la cuatro siguiente y las ha ganado. Segundo fue el joven xivertense Joan Cortés, con un tiempo de 30,6.
La tercera posición fue para el alcossebrero Sebastián Popescu, con 31,1; cuarto el también xivertense Ricardo Cherta, con 35,1 y la quinta posición fue para otro alcossebrero como Iván Sancho, con 35,7. El alcalde de la localidad, Francisco Juan Mars, junto a María Agut Puig, teniente de Alcalde y concejala de las áreas de Educación, Cultura, Deportes y la Dona fueron los encargados de entregar los reconocimientos.
La nota predominante en esta quinta edición de la Pujà al Campanar ha sido la juventud de los participantes.
Encierro infantil
Por otra parte, en las fiestas de Alcalà, cerca de doscientos niños participaron en el ya típico encierro de San Fermín. Durante una hora cerca de doscientos niños, muchos muy pequeños, soñaron con estar corriendo uno de los tradicionales y famosos encierros de San Fermín. Vestidos con las prendas típicas: camisa y pantalón blanco, pañuelo y cinturón rojo y el periódico en la mano, los niños completaron los poco más de 400 metros que hay hasta el coso seguidos por seis toros de cartón piedra.
