El Corte Inglés de Castelló cumple este año diez años convertido en la principal enseña del bulevar de Renfe. La ciudad soterró a finales de los 90 la vía del tren y dijo adiós a la principal barrera urbanística que separaba los barrios del oeste con el centro de la ciudad. El nuevo espacio fue objeto de una transformación durante las dos primeros décadas del siglo XXI y se proyectó como una futura milla de oro de la ciudad.
El soterramiento de la vía fue una histórica reivindicación de la ciudad. El ayuntamiento diseñó tras ser liberada la zona un bulevar. Previó el desembarco del primer centro del Cortes Inglés en la capital de la Plana, un hotel y la construcción de un edificio residencial singular. las obras de urbanización arrancaron en 2002. El Corte Inglés abrió sus puertas en diciembre de 2005. Se sitúa en una parcela de 83.000 metros cuadrados ubicada junto al parque Ribalta. El inmueble, con 12 plantas y con una parada de Tram en sus inmediaciones, se ha convertido en un referente de una pastilla que se encuentra rodeada de zonas verdes y de esparcimiento, además de nuevos bloques de viviendas.
Asimismo, las obras de la nueva arteria viaria que conecta las avenidas Vila-real y Barcelona se completaron en 2011.
El traslado de las vías ferroviarias ha puesto fin a la división entre los barrios del entorno de la carreta de l 'Alcora y el resto de la ciudad que en su momento provocaba la vía del tren. El soterramiento ha incido de manera indirecta, asimismo, en la urbanización del entorno de la UJI en el Raval Universitari.
No obstante, la crisis ha ralentizado la culminación de los planes urbanísticos. Continúan abandonados los solares de la avenida Vila-real que antiguamente acogían la villas de veraneo de la burguesía castellonense.
Asimismo, el pequeño comercio sigue centrado por las calles del casco antiguo y el bulevar espera la llegada de la recuperación económica para iniciar su despegue definitivo. También confía en la ayuda de la línea del Tram entre la Universitat Jaume I y el distrito marítimo.
