El próximo 20 de Diciembre los españoles estamos llamados a las urnas para decidir qué gobierno queremos para los próximos años en un momento clave en nuestra historia ante los retos nacionales e internacionales que se presentan.

Los ciudadanos hemos sufrido cuatro años de duros ajustes que, aunque algunos eran estrictamente imprescindibles, generalmente han perdido los mismos de siempre: los que menos margen tienen para perder (colectivos de discapacidad, gente con menos recursos?). Lo que está claro es que aquellos que más tenían siguen siendo los que más tienen y la distancia entre «clases» se ha incrementado. Y la clase política sigue igual sin haberse hecho ajustes de magnitud para, en primer lugar, dar ejemplo y, en segundo, estar más cerca del sentido menos común de todos: el común.

No se ha puesto fin a los aforamientos, no se ha cerrado el Senado, acabado con los privilegios de la clase política y lo más llamativo, sigue sin ponerse fin a las duplicidades administrativas que, además, aumentan la burocracia y los tiempos de solución a un problema. ¿Tan difícil es una competencia, una administración? ¿Qué sentido tienen las Diputaciones Provinciales? Ninguno. Aumentar la burocracia, engordar la estructura política y por ende cargos y sueldazos y reducir recursos para los municipios. Y cuando alguien salte diciendo que sin las diputaciones los pueblos pequeños desaparecerán o que sin la Diputación a los mismos no hubiese llegado el agua, la luz, las carreteras o hasta la civilización, habría que responderles que viajen a Murcia, La Rioja, Navarra, Asturias o Cantabria y comprueben si han sobrevivido sin ellas. De momento, y en lo que llevamos de legislatura en Nules, el Presidente de la Diputación de Castellón no ha accedido a recibirnos.

Es imprescindible llevar a cabo una reforma del poder judicial para asegurar su independencia y, de una vez por todas, dignificar a los autónomos. Nos jugamos mucho y ya lo decía Einsten «Si quieres resultados distintos no hagas siempre lo mismo». Si para España queremos otras formas de hacer política y, por ende, resultados distintos, no votemos a los mismos de siempre que ya han demostrado por activa y por pasiva que el sistema necesita reiniciarse.

Ciudadanos de Centro Democrático (CCD) quiere representar a los ciudadanos de Nules en el Congreso para llevar a cabo la necesaria regeneración política y democrática que necesita nuestro país, además de realizar aquellas inversiones que históricamente reclama el municipio como es la regeneración de la playa o el encauzamiento del barranco Juan de Mora y que hemos incorporado a nuestro programa electoral. ¿Contamos contigo?.