Argelita tendrá por fin depuradora y un colector de aguas residuales, lo que evitará los vertidos al río y las consiguientes multas, una situación «lamentable» que se arrastraba desde hace años y que «ecológicamente no tiene nombre», según señaló el alcalde del pueblo desde 2015, Aitor Balfagón, quien ahora se muestra esperanzado en lograr una solución definitiva.

El último pleno del ayuntamiento aprobó el proyecto técnico de las obras de la estación depuradora y el colector, con un presupuesto total de 295.000 ?, financiado gracias a un convenio entre varias instituciones, como la Diputación de Castelló y la conselleria de Medio Ambiente.

El acuerdo se tomó con los votos del alcalde, Aitor Balfagón, y la concejal Patricia Bachero, ambos de EUPV, ya que la edila del PP, Rosa María Nebot, no asistió a la sesión, según informaron fuentes de la Mancomunidad Espadán-Mijares.

El municipio, según el estudio de integración paisajística del proyecto, cuenta en la actualidad con una pequeña estación de tratamiento insuficiente para las aguas residuales que se producen en la población que vierte las aguas en el barranco Conchones, afluente del río Villahermosa (también denominado de Argelita).

Esta situación, según el informe, produce una degradación del medio ambiente circundante incompatible con la legislación medioambiental española y las Directrices de la Comunidad Europea relativas a la depuración de las aguas residuales procedentes de núcleos de población. De hecho, según comentó su alcalde, el ayuntamiento ya recibió varias sanciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar (VHJ), y una de ellas, de 6.000 euros, «todavía la estamos pagando». El año pasado, sin embargo, «al estar ya en marcha el proyecto para solucionarlo, ya no hubo multa».

Para ello fue vital, según cuenta el primer edil, la compra (que tuvo lugar en abril del año pasado por parte del ayuntamiento) de las parcelas en los que se construirá la depuradora. Para los 413 metros de colector, que afectan a 16 parcelas privadas, se recurrirá a la servidumbre de paso y de vuelo, en el caso de la línea de baja tensión.

Dado que la diputación provincial ya aprobó por decreto en su día el proyecto, se abre un período de dos meses para que puedan presentarse alegaciones y reclamaciones ante la corporación municipal. Si en ese plazo no las hay, se dará por aprobado definitivamente y se podrán licitar ya los trabajos con la previsión de que se ejecuten en este 2017.

«La encuesta de participación ciudadana previa sobre el proyecto tuvo un resultado de alta aceptación por parte de la mayoría de habitantes de Argelita», destaca Balfagón, alcalde de un municipio con 103 empadronados, población estacional en verano unos 700 habitantes. «Somos cautos porque no depende completamente de nosotros, pero después de muchos años empezamos a ver la luz».