Calleja no se quitaba de la cabeza «el último cambio». El capitán Marenyà, cargado muscularmente, pidió la sustitución. Calleja se decantó por Pruden, cuya pasiva defensa en la acción del 1-0 provocó la airada reacción del meta Zagalá. Discutieron y llegaron a empujarse. «Ha sido un error mío», dijo Calleja, «la mayor cagada en años. Debí elegir otra opción: meter a Fonte arriba y en la banda a Ivars. No defendemos y con el 1-0 llegan los nervios».

El largo añadido exigió lo mejor de Zagalá. «Había dado 5 minutos. La última la saca Zagalá y en la falta pasan 18 segundos», se excusó Calleja, que perdió su octava promoción de ascenso. «Es muy injusto este final con el equipo. Con todo lo que han sufrido, con los meses sin pagar. Optamos por la resistencia pasiva porque pensamos que subir era lo mejor. Esta afición es increíble y siento que le he fallado. No puedo ni mirarles a la cara. Al final han venido a animarnos, pese a la derrota. Es la mejor que he conocido en mi vida. Han sido cinco meses muy duros para mí, así que imagina para los jugadores». Acabada la opción del ascenso, tocan los deberes institucionales. «Igual lo que no hemos ganado en el campo lo ganamos en otro lado», deslizó Calleja, enigmático.