Gemma Gili tiene ya el honor de ser la segunda futbolista castellonense que viste la camiseta de la selección española absoluta de fútbol. La centrocampista ha entrado en la convocatoria de España para la disputa de un partido amistoso contra Francia este lunes en Calais en sustitución de la lesionada Marta Corredera y ve así cumplido un sueño que perseguía desde pequeña.

«El hecho de jugar más minutos con mi equipo, el FC Barcelona, te da más posibilidades de que te llame la selección porque se supone que estás en un buen momento. Era algo que me hacía mucha ilusión , pero no lo tenía en mente ahora mismo», explica a Levante de Castelló una Gemma todavía emocionada.

Su llegada a la concentración en La Rozas ha sido fácil, puesto que la centrocampista castellonense conoce a muchas de sus compañeras y también al seleccionador, Jorge Vilda, quien le entrenó en las categorías inferiores nacionales. «Actualmente coincido con muchas de mis compañeras en el equipo y con otras he jugado en otras categorías, la relación con todas es muy buena y eso te facilita las cosas», explica.

Gemma, que antes del Barcelona jugó en el San Pedro, Castellón, Levante, Colegio Alemán y en el Valencia, cree que será difícil disfrutar de minutos en el encuentro del lunes porque «es un grupo que está hecho y que lleva trabajando junto mucho tiempo, por lo que es difícil entrar. Pero el hecho de haber venido y estar aquí entrenando con ellas es un primer paso para mí. Por algo se empieza».

La centrocampista sigue así los pasos de la veterana Sara Monforte, la primera futbolista de Castelló que llegó a la selección absoluta entre 1997 y 2005, y que actualmente milita en el Zaragoza. «Estoy super contenta de seguir el camino que abrió Sara porque es un pedazo de jugadora, con la que coincidí jugando en el mismo equipo, y eso es un reto para mí porque al final es algo con lo que sueñas desde pequeña y se ha hecho realidad. Y ahora he de seguir trabajando al máximo para que no solo me llamen esta vez», dice.

El papel del fútbol femenino

La centrocampista del FC Barcelona, de 23 años, compagina sus estudios de Arquitectura con los entrenamientos y partidos del club catalán. Es consciente de que debe esforzarse «al 200 por ciento» en ambas facetas y disfruta viviendo en primera persona el despegue del fútbol femenino en España. «Desde hace varios años se nota que hay una apuesta más firme por el fútbol femenino, con clubes que forman desde la base y otros masculinos muy implicados en sacar equipos de chicas. Igualar lo que han conseguido los chicos es muy complicado, pero el fútbol femenino tiene mucho futuro por delante y creo que dentro de no muchos años tendrá un papel importante».

De momento, aquella joven que hace siete años logró un oro continental y un bronce mundial ha llegado ya a la selección absoluta. Gemma pertenece a una de las mejores hornadas de futbolistas españolas y ahora da un paso más en su carrera deportiva. Un hito que no habría alcanzado sin el apoyo de sus padres y su hermano: «Siempre me han apoyado y esto también es éxito suyo».