Los segorbinos subieron ayer a la Cueva Santa en la celebración de su romería oficial con la que rindieron así tributo a una de sus tres patronas, la Virgen de la Cueva Santa.

Desde primera hora de la mañana un sinfín de segorbinos acudieron en continuo goteo andando, en coche, a caballo o en carro hasta este emblemático paraje con el fin de almorzar con amigos, subir a ver a la Virgen o pasar el día entre las pinadas hasta la hora de la misa y la procesión.

Y es que, como manda la tradición, Segorbe se reserva el primer sábado de octubre para asistir a esta cita obligada que cierra además el calendario anual de romerías que peregrinan hasta el Santuario y que se abre en el mes de abril con la asistencia de Altura.

A pesar del trasiego durante toda la mañana, a las tres y media de la tarde multitud de andarines se citaron en plaza de la Cueva Santa donde, el rezo de la Salve a la Virgen y la bendición del párroco dio el pistoletazo de salida a la que se considera la hora de salida de la romería oficial. Fue ahí donde Asociación de romeros reparte los pañuelos a las reinas y autoridades locales que también suben en romería hasta la Cueva. Por delante, unos 13 kilómetros en los que los romeros disfrutan de este tradicional día que culmina con la celebración de la misa a cargo del obispo de la diócesis de Segorbe Castelló, Casimiro López y la posterior procesión de antorchas.

Como años anteriores, el ayuntamiento obsequió a los asistentes en varios puntos del camino con botellines de agua. También los más madrugadores pudieron disfrutar por la mañana del reparto gratuito a cargo de la Asociación de romeros de unas mil ensaimadas y otras tantas raciones de chocolate como premio y desayuno por la subida hasta la Cueva.

Asimismo, el ayuntamiento colocó autobuses gratuitos para la subida al santuario.

Ya a las 19.30 horas tuvo lugar la procesión de las Antorchas que contó con la presencia de las Doncellas Segorbinas, así como las autoridades locales, las reinas de las Fiestas y sus respectivas cortes de honor.