No ganaba el Villarreal en Liga Europa desde noviembre, y ayer ganó. No ganaba el Villarreal en La Cerámica desde mayo, y ayer ganó. Los goles de Fornals, Ekambi, Raba y Gerard sentenciaron al Rapid de Viena, un equipo inocente como pocos, bálsamo perfecto para la necesidad amarilla. El 5-0 final, un plácido y pequeño vals vienés, afianza a Calleja en el banquillo y aúpa al Villarreal al coliderato del grupo.

Los hinchas del Rapid se pasaron la tarde bebiendo y cantando a todo pulmón. Fuera en alemán o en el idioma austro-bávaro, la fonética convertía intimidante cualquier cántico. Es posible que esos alegres muchachos solo entonaran inocentes canciones infantiles, pero sonaban sin duda a declaración de guerra mundial. Luego en el campo su equipo hizo algo similar. Mucho ruido y nada más. El Rapid salió con tres centrales, paso decidido y combinación aseada, casi dando miedo, pero en realidad fue de lo más cándido que uno recuerda. En el área propia, regalando ocasiones con candor infantil; y en el área ajena, merodeando con timidez la portería de Andrés. El punta Alar se quedó solo de rebote, y le dio un pase al portero local tras atravesar la frontal. Fue en el minuto 11, lo más cerca que estuvo el Rapid de puntuar.

Antes y después de esa acción aislada, el Villarreal estuvo en su sitio para recoger los frutos del justo ganador. Se equivocó poco y se equivocó menos que el rival, que fue una máquina de obsequios sin igual. El ariete Ekambi, el único punta del dibujo de Calleja, estuvo en casi todas. Falló tres ocasiones tan claras que en otro contexto las consecuencias hubieran sido caras, pero el Rapid dio tantas facilidades que no importó.

La primera de Ekambi fue en el minuto 8, cuanto tapó un despeje con el pie del portero Strebinger, que no fue gol de milagro. El punta groguet a menudo solo tuvo que esperar. En el 14, los centrales visitantes chocaron entre ellos como en los dibujos animados, pero Ekambi definió mal en diagonal. En el 20 se repitió una escena similar: cómico error en la salida y mala ejecución de Ekambi frente al portero. El runrún crecía en la Cerámica hasta el 26, cuando Ekambi se desquitó. Rasgó de nuevo la zaga rival, se enredó con el portero en el intento de regate, pero levantó la cabeza a tiempo para encontrar desde segunda línea a Fornals, que aseguró desde cerca el gol.

Con 1-0, nada cambió más que la mente liberada del punta del Villarreal. El Rapid siguió a lo suyo. Otro fallo de la defensa plantó a Ekambi frente al portero. Era el minuto 30: disparo al rincón y 2-0, el partido se acabó. Lo que siguió fue la ronda de oportunidades para el camerunés. La del 34 se la sacó el portero, pero no la del 45. Llambrich levantó el centro a la contra y Ekambi lo cabeceó en plancha para el 3-0, a medias con el central.

El segundo acto empezó sin sorpresas: ocasión para Ekambi, el zaguero Barac evitó bajo palos el gol. El 4-0 no tardó. Ekambi amortiguó una dejada para Raba, que anotó a placer por bajo en el minuto 63. Hubo aún tiempo para la expulsión de Jaume Costa, el 5-0 de Gerard Moreno, confianza en vena, y el momento de Andrés, con un paradón postrero.