Los forenses que ayer comparecieron en el juicio por el asesinato de Maikel confirmaron que la víctima recibió 12 hachazos por parte de sus agresores, según ha asegurado a este periódico Iman Aarim, abogada de la acusación particular. Además, cada uno de los hachazos era mortal en sí mismo, por lo que el joven sufrió una muerte agónica, según los peritos. Los autores del crimen rociaron con gasolina a Maikel, no para quemarlo sino para que se «marease». Luego le envolvieron la cabeza con un plástico y con una carretilla lo llevaron a un huerto de la casa, donde lo enterraron. Tras el crimen, robaron el dinero que llevaba Maikel en la cartera y compraron cocaína.