La noticia más positiva y esperanzadora que publicó Levante de Castelló en su edición del 8 de diciembre de hace 25 años era que «el Desert empieza a recuperar su aspecto bajo la atenta mirada de los naturalistas» un año después del pavoroso incendio que arrasó el paraje natural.

El entonces alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, afirmó que el estado del paraje comenzaba a cambiar «de forma pausada pero eficaz» y se especificaba que «tanto el matorral como el sotobosque empiezan a desarrollarse de forma inusitada». Para regenerar el espacio se talaron los árboles moribundos y se inició la plantación de especies autóctonas que, «en un espacio razonable de tiempo, comenzaron a brotar, como los alcornoques, los quercus o los algarrobos, que asegurarán la regeneración exhaustiva del Desert de les Palmes».

Colomer también subrayaba las cualidades «didácticas» del proceso de recuperación del paraje, ya que, según dijo, «es muy interesante poder incorporar a la sociedad en su conjunto de las tareas repobladoras, ya que, desde hace un año, han sido muchos los colectivos que han participado en la repoblación de forma activa». En este sentido, el alcalde de la localidad señaló a este periódico que una persona «debe estar imbricada a su ecosistema, ser integrante del mismo, para poder valorar mejor lo que tiene a su alrededor».