El título de la exposición es una secuencia extraída de la lista de preposiciones que algunas memorizamos en el colegio. Las preposiciones parecen no tener un valor semántico autónomo o completo y sin embargo, dan forma al sentido de una frase desde intervalos sintácticos aparentemente menores. Parece que tengan menos potencia que un nombre o un verbo, pero leídas una detrás de otra evocan justo eso: potencia.
De maneras complementarias y en conjunto las prácticas artísticas que reúne la exposición dejan ver -o están ocupadas con- lo intermedio; lo que sucede hacia, durante, o para una obra, más que la obra en sí, si es que al final sucede. La exposición está dedicada a las posiciones intermedias -pre-posiciones, pos-posiciones, casi-posiciones- entre posiciones estables y legibles, mientras que las obras se detienen -se entretienen incluso- en lo que sucede entre una decisión y la siguiente, entre una obra y la siguiente.