En la plaza o junto a la piscina. Es la ubicación más habitual del bar del pueblo. Un negocio que se mantiene en la cuerda floja en 32 municipios del interior de Castellón, donde solo queda uno abierto todo el año, ofreciendo este servicio a los vecinos y turistas. Justo ahora, en julio y agosto, es época punta, se triplica la población y se llenan las segundas viviendas. Ahora es más fácil.

La provincia cuenta con 1.721 negocios de restauración --228 han cerrado durante la última década--, según consta en el Anuario de la Agència Valenciana de Turisme del 2018, donde se registran los bares, cafeterías y restaurantes notificados a la Generalitat --aunque en este tipo de empresa no existe obligación de este alta turística, como sí la hay en los apartamentos--. La cifra no difiere mucho de los bares y cafeterías que contribuyen con el impuesto de actividades económicas (IAE): 1.699 en la provincia, según el censo actualizado de la Cámara de Comercio. El desajuste costa-interior sigue y el grueso de bares está en el litoral. Castelló capital cuenta con 466, según el ránking, y le siguen Vila-real (110), Benicàssim (86), Burriana (79), la Vall d'Uixó (76), Onda (74), Benicarló (64), Almassora (62), Orpesa (45) y Peñíscola (44).

«ES COMPLEJO VIVIR DE ESTO» /«Es muy complejo que una familia viva solo de un bar de interior, del cliente que pueda recibir los fines de semana, si hay turismo; o de la poca población que reside en el municipio», manifiesta el portavoz de restauración de la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Castellón (Ashotur), Agustín Platillero.

¿La solución? «Intentar conseguir más afluencia turística, poner en valor las poblaciones y favorecer las excursiones a esos pueblos de montaña de los turistas que pasan sus vacaciones o escapadas en la costa, donde sí hay un importante volumen», propone el hostelero. En su opinión, habría que «potenciar rutas por el interior de Castellón, que es muy bonito y clave para que esos municipios y sus bares reciban visitas diarias, con regularidad, no solo de habitantes de la comarca, sino de la capital, resto de la provincia y de la Comunitat», dice.

MENÚ LITERARIO / La amenaza de la despoblación y las escasas ganancias derivadas de la menor cifra de residentes habituales han obligado a estos negocios a reinventarse con estrategias como la cocina de autor (un bar en Vilafranca ofrece menús relacionados con joyas de la literatura), el tardeo (otro ofrece en su terraza de Ayódar la actuación de un grupo que versiona a Extremoduro o Siniestro Total), el alquiler de habitaciones (en un mix de casa rural y bar) o incorporar negocios complementarios (otro bar acaba de abrir panadería en la entrada y coloca hinchables en la terraza, destinados al ocio infantil) .

En Matet hay dos bares con alojamiento, con albergue y pensión, uno en la plaza y otro en la piscina. En Palanques en poco tiempo pasaron hasta cuatro emprendedores dpara regentar un bar, según indican fuentes del vecindario. En otro pequeño negocio, su dueña apunta: «Aquí una cerveza cuesta 1,5 euros y en Peñíscola, tres. Antes teníamos el Canal Plus, pero no puede ser».

La directora del Centro de Turismo de Castellón (CdT), Esther Labaig, explica que «los bares y restaurantes del interior tienen una estacionalidad más acusada que en el litoral». En la búsqueda de clientes, apunta, «están intentando continuamente organizar jornadas y actividades para incentivar los grupos de escolares, etc. y atraer un flujo constante».

En opinión de Labaig, aunque un traspaso sea más barato en una población de menos habitantes, «los gastos fijos se tienen que afrontar igual». Acerca de si el estudiantado del CdT se arriesga a montar un bar en el interior, explica que «hay casos en los que algún alumno ha querido reactivar un negocio familiar y ha reabierto ese bar, pero con una visión más modernizada». Pero en general, «muchos piensan que al final no van a poder sobrevivir». Labaig indica que «desde los municipios y la Generalitat se impulsa el gastroturismo para evitar que desaparezcan los bares en esas zonas». El presidente de Turismo Rural de Ashotur, Joaquín Deusdad, cita como ejemplo para dinamizar jornadas gastronómicas tematizadas, como la de dinosaurios en Els Ports.