Emilio Barberá Boluda*

La Serra de la Mariola es algo más que una sierra, algo más que las últimas estribaciones de la Cordillera Bética, o que 16. 000 Ha. de montaña. Es una hermosa doncella, una abnegada madre que cuida y amamanta con sus aguas a sus hijos, los pueblos que la circundan. Sus más de 1.200 especies de plantas la convierten en uno de nuestros mejores jardines naturales. Las interminables fuentes, la mayoría con aguas perpetuas durante todo el año, hacen medrar a sus pueblos y a sus campos Algunas de ellas como la de Sanxo, Huit Piletes, L'heura; la Font de la Mariola o la de la Coveta en Banyeres, la del Molí Mató o l'Alficosset son ejemplos de su riqueza hídrica y su valía.

Se afana por sorprendernos en cada estación del año. Si en primavera hierve de color y perfumes, es en verano cuando mas apreciamos el frescor de sus manantiales, sus húmedos parajes y los recónditos y sombríos rincones. Es entonces cuando más vulnerable se vuelve a su peor enemigo, el fuego. Los caminantes debemos extremar todas las precauciones.

Pasado el verano, en otoño, la Serra se cambia de vestido, estrena uno con tonos ocres, rojos y amarillos. Los fresnos, chopos, olmos, arces y algunos manzanos le ayudarán a tejerlo.

El invierno cubre la Mariola con un blanco edredón que la protegerá del frío hasta que la impaciente primavera la haga estallar de nuevo en un clímax de bullicio y vida. Mientras, el Montcabrer, vigilante desde sus 1.390 m. tiene buen cuidado de que a sus hijos Onil, Cocentaina, Alfafara, Banyeres, AgresÉ diseminados a su alrededor nada les falte.

Desde la Font del Pouet a los pies del Montcabrer se nos presenta la espectacular Vall del Comtat, al fondo l'embassament de Beniarrés refleja la escarpada cresta del Benicadell. La Serra d'Aitana nos recuerda que es la cima más alta de Alicante y la Serrella, la Font Roja o, el Puig Campana y el Montgó, desde lejos, hacen que la poesía de esta contemplación se convierta en soneto.

La Font de la Mariola nos sitúa en el corazón de la sierra, un paraje de verdor y humedad da al alma la paz y el sosiego que necesita. La Font de la Cava Arquejada es una atalaya preferente desde donde mirar fijamente a los ojos del Montcabrer que nos traslada a épocas pretéritas donde el comercio de la nieve era un lucrativo negocio para la comarca. Desde allí a la Cava de L'Habitació y la del Buitre hay pocos metros y con un corto y agradable paseo llegaremos a la de Don Miguel.

En cotas más bajas y en la bellísima población de Agres podremos perdernos entre sus calles y sus fuentes. La del Convent nos regala un idílico paisaje de su "Valleta", el pueblo nos recibirá con su hospitalidad, herencia de la Mariola y con su fresquísima agua, obsequio de la "Serra". La Font de l'Assut, la del Mig, del Molí, la de BarxetaÉ entre otras, ahogarán cualquier duda sobre la magia de este Parque Natural. En la otra cara de la sierra Banyeres acoge la Font de la Coveta, cuna del Vinalopó, un entorno donde disfrutar de sus recién nacidas aguas. Muchos son los que, desinteresadamente, colaboran en mantener guapa a esta bella Dama, el Centre Excursionista de València a través de su Colla de Senders colabora con el Centre d'Ontinyent o el d'Alcoi que, junto a otras entidades de la zona, de forma altruista mantienen sus senderos perfectamente señalizados. Es labor de todos ayudar en esta noble tarea.

Que nadie espere conocer Mariola en la primera visita, esta doncella no lo da todo de una vez, ella dosifica sus atractivos y así mantiene nuestro corazón enamorado. La Mariola es generosa y nos regala lo mejor que tiene; apaga nuestra sed con sus límpidas aguas, cura nuestro cuerpo con sus hierbas medicinales y llena nuestro espíritu de esa paz que huyó hace mucho de las grandes urbes. Sólo nos pide un deseo a cambio, que sepamos respetarla.

*Centre Excursionista de València.