Los cerca de 1.200 habitantes de Sumacàrcer aprenden a la fuerza estos días a vivir sin teléfono móvil. En la era de la comunicación de masas, la sintonía de los móviles ha dejado de sonar después de que hace ya doce días el municipio se quedara sin cobertura. Para algunos resulta una bendición, pero para otros se ha convertido en un auténtico fastidio.

Un fallo en el repetidor, según la compañía Movistar, ha provocado que la mayoría de los 1.200 vecinos permanezca incomunicado cuando sale a la calle. Sólo funcionan los teléfonos fijos y desde hace sólo unos días los de la compañía Orange, que tampoco daba servicio la pasada semana. Para poder comunicarse hay que salir de Sumacàrcer, subirse a la sierra, a la altura de la ermita, en la carretera que lleva a Anna o irse a las poblaciones más cercanas.

"Claro que es posible vivir sin móvil. Hace 20 años nadie llevaba un teléfono en el bolsillo y no pasaba nada", explica César Sarrión. Sin embargo, en el pueblo admiten que no disponer de un celular no hace más que causar molestias. En el bar del pueblo, cerca de la plaza Mayor, y horas antes de que comience el partido de España, la falta de cobertura es el tema de conversación. Pepe Sancho asegura que para quien trabaja fuera de casa todo el día "es un problema". "Yo sólo tengo una mínima cobertura en la terraza de mi casa", explica. En el ayuntamiento tampoco funcionan los móviles y la alcaldesa, Chelo Pons, ha emitido un bando en el que anima a sus vecinos a presentar quejas y a llamar continuamente a la compañía después de que la llamada que el ayuntamiento realizó a la compañía no haya surtido efecto.

Pons explica que la antena es de Orange pero la subcontrató a Movistar y hay un conflicto entre las compañías.