Se podría haber dicho más alto, pero no más claro. Tavernes de la Valldigna puede ir olvidándose de los Programas de Actuación Integrada (PAI), denominados Granata Golf y Vall de la Mar -promovido por Bancaja-, dos enormes urbanizaciones que habrían ocupado una extensión de 6,7 millones de metros cuadrados con capacidad para levantar 9.200 viviendas y una previsión de 26.000 habitantes, más que la actual población vallera.

Un informe de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda firmado por la directora de Gestión del Medio Natural, María Ángeles Centeno, determina, con absoluta claridad, que esas dos actuaciones son insostenibles desde el punto de vista ambiental, su desarrollo contraviene varias leyes y normas y, además, en Tavernes existe suelo urbanizable más que suficiente para atender a la demanda de vivienda durante los próximos años, tanto la de primera residencia como la turística.

Si bien es cierto que el informe de la Generalitat no es ninguna resolución efectiva que suspenda el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) propuesto por el ayuntamiento, existen varios párrafos del mismo que resultan demoledores. Incluso se conmina al ayuntamiento a que declare Suelo No Urbanizable de Especial Protección gran parte del terreno en donde se han proyectado las dos urbanizaciones.

Especialmente contundentes son los argumentos que impedirían llevar a cabo el mayor de esos dos proyectos, denominado Vall de la Mar, situado entre el sur de la actual urbanización de la playa vallera y el límite con el término de Xeraco. A saber: contraviene la Ley de Costas, las dunas litorales existentes están protegidas, la zona figura como inundable tanto por el río Vaca y sus afluentes como por el Xúquer, la urbanización afectaría "de forma apreciable" a otros espacios naturales protegidos, y la "pantalla arquitectónica" prevista frente al mar está simplemente "prohibida".

Más aún, a criterio de la Generalitat, la envergadura del proyecto planteado incluso "excede de las posibilidades que ofrece la revisión del PGOU, pues afecta al modelo territorial de la Comunitat Valenciana", y concluye que la reclasificación a suelo urbanizable debería abordarse, como mínimo, en el conjunto del "Área Funcional de Gandia", que incluye a toda la comarca de la Safor.

Estudiar la "Alternativa Cero"

Respecto al proyecto Granata Golf, que pretende urbanizar 1,5 millones de metros cuadrados en la zona del Massalari, el informe no es más blando. La Generalitat y otras administraciones determinan que esa actuación tendría afecciones negativas sobre dos espacios naturales lindantes: la Serra de Corbera y el Marjal de la Ribera Sur del Xúquer.

La Generalitat considera que el Massalari de Tavernes "ocupa un valle agrícola en pleno rendimiento que, desde el punto de vista de la protección y puesta en valor del paisaje, debería preservarse". Además, Granata Golf es una urbanización aislada, algo que contraviene abiertamente la Estrategia Territorial defendida por la Administración porque "se aleja del modelo de desarrollo sostenible".

El informe que firma la directora de Gestión del Medio Natural pone claramente en duda el modelo de crecimiento que pretende impulsar el Ayuntamiento vallero porque "la única estrategia del PGOU consiste en reclasificar dos nuevos sectores de grandes dimensiones", en referencia al Vall de la Mar y a Granata Golf. Así, la Generalitat considera injustificada esa modificación porque el vigente PGOU de la capital vallera dispone de suelo suficiente para asumir su crecimiento durante muchos años. Con la actual ordenación, la ciudad podría llegar a 46.000 habitantes, cuando ahora el censo se sitúa en 18.195, y la previsión es que durante el año 2012 siga sin superar la barrera de los 20.000 habitantes. La Administración autonómica estima necesario que el Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna estudie más detalladamente la denominada "Alternativa Cero", es decir, que anule sus pretensiones y se olvide de reclasificar los 6,7 millones de metros cuadrados de los sectores Vall de la Mar y Granata Golf.