El 24 de mayo de 1611, los 55 habitantes con los que contaba Almoines se reunieron con Martí Bonig, procurador general del duque de Gandia, en un encuentro cuya finalidad era firmar la "Carta Pobla", documento con el que nacía el nuevo municipio tras la expulsión de los moriscos que, dos años antes, había dejado deshabitados muchos pueblos de la comarca. Se trataba de un gran paso en un proceso de repoblación que empezó en 1610, cuando 50 "vasallos" o "nuevos cristianos" de poblaciones como Calp, Gandia o Dénia, entre otros, se instalaron en Almoines y se sumaron a los cinco "cristianos viejos" que ya habitaban allí cuando los moriscos fueron deportados a África.

Un papel esencial en esta repoblación lo jugaron los 16 ciudadanos de Calp que, gracias al decreto del rey Felipe, recibieron una casa y tierras fértiles sobre las que fundar un patrimonio familiar y una economía doméstica autosuficiente en Almoines. Hoy en día, algunos vecinos del municipio saforense siguen manteniendo los apellidos de aquellos repobladores. Se trata de los Pérez, Garrigós, Durà, Blanquer o Llopis, entre otros.

Cuatrocientos años después de aquel acontecimiento, el Ayuntamiento de Almoines ha querido mostrar su agradecimiento al pueblo de Calp, y lo hace a partir de una idea propuesta por el propio alcalde, Vicent Ribes, que consiste en el hermanamiento entre los dos municipios, iniciativa que fue bien acogida por el alcalde de la localidad de la Marina Alta, Ximo Tur.