"Todo lo que supere los tres metros de altura es inoperable y, actualmente, un árbol estándar suele tener cuatro metros". La frase es de Antonio Soler, ingeniero técnico agrícola de Alzicoop, que cerró con una conferencia sobre los nuevos patrones y las nuevas variedades de clementinas las jornadas sobre cultivos alternativos organizada por el Ayuntamiento de Alzira. Soler no dudó en señalar que el futuro de la citricultura camina hacia árboles mucho más bajos de los que existen actualmente y centró su ponencia en explicar los patrones o pies subestándar, que reducen la altura del naranjo a tres metros; los semienanizantes, un pie con el que el árbol no supera los dos metros, y los enanizantes, con los que el naranjo no sobrepasa el metro de altura. El técnico destacó que estos árboles más pequeños facilitan todos los trabajos agrícolas, lo que permite reducir costes, y también propician un aumento de la producción ya que en la medida que más pequeño es el naranjo más árboles tienen cabida en una parcela.

"La gente siempre se queja de que cuando pulverizas un árbol grande las puntas no se llegan a mojar, o que en la recolección se queda fruta en la parte de arriba porque son accesos difíciles. ¿Qué se pretende? Reducir la altura del árbol para que todos los trabajos que se realizan sean más cómodos. Cuesta menos de pulverizar y menos la recolección", señaló Soler.