Dada la «demanda inexistente de vivienda» y la dificultad de gestionar la reconversión del polígono industrial Bovalar en suelo residencial para construir 1.500 viviendas, como proyectó el exalcalde Jorge Alarte en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana „aún en tramitación por el Consell, tres años después de aprobarlo el pleno„ sus sucesores al frente del gobierno local de Alaquàs han decidido dar marcha atrás. La alcaldesa socialista Elvira García ha aprovechado la subsanación de temas menores, impuestos por el informe ambiental de la Conselleria de Territorio, para dejar sin efecto los grandes cambios que planteó Alarte y, entre ellos, el que resultó más polémico: la delimitación de un área del polígono y su conversión en viviendas, para garantizar el crecimiento futuro y separar, a través de una nueva ordenación, la zona residencial de la industrial, una reivindicación histórica del barrio la Purísima. Los industriales se movilizaron en contra en su día.

De este modo, el equipo que lidera Elvira García lleva esta semana a pleno un documento por el que simplemente cambia el uso de la primera franja de naves industriales „25 metros de profundidad„ que lindan con la zona urbana „en la calle el Cid y el Camí Vell de Torrent„ de industrial a terciario, permitiendo, no obstante, que se mantengan las actividades que ya tienen licencia. Y la segunda línea de empresas, que recaen a la calle San Martín, tendrán que ser de tipo industrial «ligero» para causar las menos molestias. El resto será industrial en el sentido convencional.

García explica que «la situación ha cambiado mucho en estos tres años» de tardanza en la aprobación del PGOU por el Consell. A la ausencia de demanda de viviendas se unen «las dificultades del sector industrial» que se agravarían si quedara un centenar de naves fuera de ordenación, como establecía el nuevo PGOU. «Gobernar quiere decir tomar decisiones en un momento determinado y si el momento es cambiante, se han de adoptar decisiones diferentes», esgrime García.

Asimismo, en los tiempos actuales la mandataria considera que el crecimiento ha de programarse en consonancia con los servicios públicos que se tienen «optando por una ratio más adecuada» y con los recursos ambientales de que se dispone. «Un menor crecimiento también comporta menos uso de recursos hídricos, por ejemplo», añade.

Así, la propuesta que se someterá a pleno recuerda que en el actual casco urbano aún existe suelo para 400 viviendas que están paralizadas, algunas incluso con licencia de obras, porque no hay compradores. Y además, garantiza que se cubrirá el crecimiento vegetativo de la población por medio de la conversión de algún solar dotacional en residencial en el casco urbano y de hacer compatibles diversos puntos hoy terciarios con residencial.