Javier Viciano, jefe del departamento de Personal de la empresa municipal Iniciatives Públiques Gandia (IPG), se fue a comer el jueves de la semana pasada y dejó su ordenador portátil en el despacho que tiene en la cuarta planta del edificio de la calle del Tossal. Cuando regresó, el aparato, que contiene información sobre los trabajadores de la empresa, ya no estaba. En ese ambiente de misterio se ha producido el segundo robo conocido de ordenadores de altos responsables de IPG. Los dos en el mismo lugar y los dos con el único objetivo de buscar los terminales con información más o menos confidencial, sin pararse a buscar otros elementos u objetos de valor en el edificio del Tossal. A diferencia de lo ocurrido hace ahora un año, el ordenador de Javier Viciano no contenía información sensible, sino documentos sobre los trabajadores de la empresa pública.