Los vecinos de Domeño se vieron sorprendidos durante la madrugada de ayer por una gran explosión con la que unos ladrones lograron reventar una oficina bancaria de este municipio del interior de València y llevarse después el dinero que había en su interior. Con éste, ya se han perpetrado tres robos con este modus operandi en la provincia de València en los dos últimos meses, después de los sufridos en Gavarda a finales de octubre y en Camporrobles a inicios de este mes de diciembre.

Al parecer, los ladrones habrían volado la oficina de Domeño mediante una explosión de gas, del mismo modo que lo hicieron también en Domeño y Camporrobles. En esta ocasión, la detonación causó daños severos en el edificio de la sucursal. El muro de carga estaba dañado y a punto de caerse. Ante ello, los bomberos del consorcio provincial, junto a la unidad de Rescate en Emergencias y Catástrofes (UREC) y agentes de la Guardia Civil, tuvieron que apuntalar la estructura del edificio para evitar un posible derrumbamiento.

El acto se produjo sobre las tres de la madrugada, según indicaron fuentes próximas a la investigación, que incidieron en que todas las sospechas apuntan a que los autores de este nuevo robo son los mismos que han asaltado en los dos últimos meses las oficinas de Gavarda y Camporrobles.

El primero de estos robos fue el que se produjo en Gavarda, en la comarca de la Ribera Alta, durante el mes de octubre. En aquella ocasión, la explosión, que se produjo en la plaza principal de la localidad, alertó sobremanera a los vecinos y la alarma se expandió rápidamente por el pueblo. Sin embargo, los ladrones lograron huir con el botín.

Poco más de un mes después del suceso de Gavarda, se vivió una situación prácticamente idéntica en Camporrobles, en la comarca de Requena-Utiel, donde la única sucursal bancaria del municipio amaneció hecha añicos durante la mañana del sábado 1 de diciembre. Los ladrones también lograron huir tras robar el cajero automático.

El de Domeño se convierte de este modo en el tercer asalto en apenas dos meses a un banco en un municipio de pequeño tamaño de València en el que los ladrones llegan a reventar la oficina para conseguir llevarse el dinero.