J. F. P., Valencia El valenciano Manuel Pérez Arnal decidió crear el sindicato de la Aguja en 1911, tras encontrar una noche de invierno a una niña que salía agotada de un taller en el que trabajaba más de 14 horas, según fuentes del Arzobispado.

El sacerdote «proclamaba el derecho de todos los hombres y mujeres a organizarse y asociarse para defender su dignidad laboral» , añadieron las mismas fuentes. También matizaron que Pérez Arnal logró reunir a un grupo de trabajadoras, principalmente costureras en talleres textiles. Tras ser instruidas por el prelado, emprendieron una labor de apostolado obrero y con ellas fundó el Sindicato de la Aguja, actualmente extendido por las diócesis españolas y en Chile con el nombre de Obra Social Femenina.

El Sindicato de la Aguja pasó a denominarse Obra Social Femenina de la Virgen de los Desamparados en 1941, y ha integrado desde entonces a más de 11.000 mujeres en la diócesis de Valencia, según señaló el delegado de las causas de los santos de la diócesis, Ramón Fita. Manuel Pérez era hijo de un matrimonio de labradores y fue monaguillo hasta los 12 años.