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El presidente provincial del PP en Alicante, José Joaquín Ripoll, evidenció ayer la enorme distancia que lo separa del jefe del Consell, Francisco Camps. Ripoll no sólo plantó el jueves al jefe del Consell en la junta directiva regional que Camps convocó para recibir el respaldo del partido tras conocer la decisión del Tribunal Supremo de reabrir la causa de los trajes , sino que 24 horas después explicitó que su actitud había sido deliberada. En declaraciones a los medios de comunicación, Ripoll aseguró ayer que tanto él como los miembros del comité ejecutivo provincial del partido, decidieron "conscientemente" no ir la reunión. "Si no asistí a la reunión, no fue porque tuviera una excusa", soltó Ripoll. "No fuimos porque conscientemente, los representantes del PP en esta provincia elegidos democráticamente en el congreso de Orihuela, decidimos no ir", admitió. Con estas palabras, Ripoll dejaba claro que no quiere ser partícipe del balón de oxígeno que el resto de los miembros de la junta directiva regional dieron el jueves a Camps en uno de los peores días de su carrera política y cuando se encuentra en una situación de extrema debilidad.

Ripoll traslado a la prensa su intención ser "parco en palabras" en torno a esta cuestión, ya que, según precisó, él ya ha explicado sus razones "para no estar allí" a las personas a las que considera que debe hacerlo. "La dirección nacional conoce nuestras razones, y esperamos que tengamos tiempo para seguir ampliando las conversaciones y la posibilidad de diálogo", señaló. Además se mostró partidario de "dejar un tiempo para que la situación se vaya aclarando".

Tenían excusa

Aunque la ruptura entre la cúpula directiva de Alicante, copada por los que siguieron fieles al ex presidente Eduardo Zaplana no es nueva, la crudeza de las manifestaciones del líder alicantino suponen una vuelta de tuerca a una situación que cada vez se complica más. Ante la decisión del presidente de la Generalitat de no tirar la toalla pese a estar a un paso de sentase en el banquillo para ser juzgado por un presunto delito de cohecho impropio, Génova ha optado por el momento por no intervenir. El jueves la responsable de organización Ana Mato llamó a Ripoll para pedirle que no se desmarcara de la posición oficial del partido.

El líder alicantino así como la plana mayor de su equipo tenían excusa para no ir a la reunión. Cuestiones familiares y de agenda justificaban de forma razonable las ausencias de los representantes alicantinos. Por ejemplo, la diputada autonómica y vicesecretaria de Comunicación del PP, Gema Amor, en declaraciones a la agencia Europa Press avanzó que por problemas de agenda no podría estar en Valencia. Tanto ella como Miguel Ortiz se encontraban en Madrid visitando un stand del Patronato de Turismo Costa Blanca. También excuso la visita de Ripoll por un problema médico. Sin embargo, tal como contó ayer este diario, el comité provincial optó por comunicar de manera oficial su decisión de no asistir. Por si quedaban dudas dudas, Ripoll verbalizó el plantón.

La actitud de Ripoll sentó como un tiro a la dirección regional del PP. Ya el jueves, los populares valencianos trataron de minimizar las ausencias de Alicante. De hecho, hubo varias intervenciones durante la reunión del partido de dirigentes alicantinos afines a Camps para desmarcarse de la dirección. En los corrillos, una vez finalizado el encuentro, el plantón de Ripoll y los suyos fue muy comentado. "Esos no son mis compañeros", llegó a contestar una diputada alicantina cuando una persona le preguntó por los ripollistas.

Con todo no es la primera vez que Ripoll se desmarca tanto en público como en privado del presidente Camps. En las dos últimas reuniones del partido el enfado de los alicantinos fue monumental. Asistieron atónitos y sin poder abrir la boca a la esperpéntica reunión que acabó con el relevo de Ricardo Costa y salieron indignados de la última junta directiva en la que se aprobó el nuevo organigrama, de donde quedaron de nuevo excluidos. Durante todos estos meses en los que el escándalo Gürtel ha marcado la agenda política, los ripollistas también se han desmarcado de la postura oficial del PP. Ayer la crisis interna del PP valenciano abrió en carnes el partido hasta el punto de que Génova tuvo que hacer un llamamiento a la serenidad en boca de su responsable de comunicación, Esteban González Pons. En su opinión, los militantes del PP no se merecen que sus dirigentes se "enreden" en "complejas batallas internas propias de oligarquías poco democráticas". "Estoy convencido de que vamos a ser conscientes en Valencia y nos vamos a entender para no avergonzar a nuestros militantes", remachó.

Desde la dirección regional, el coordinador general y alcalde de Castelló negó tener intención de llamar o reunirse con Ripoll, "para pedirle un apoyo explícito" a Francisco Camps. Según dijo a él le corresponde dar explicaciones. Por su parte, la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, indicó que con Camps están todos los que tienen que estar". Otros referentes como Rita Barbera advirtieron que Ripoll no representa a Alicante. Fuentes de la dirección regional admitieron su malestar con la actitud de Ripoll, aunque descartan tomar medidas disciplinarias.

Alcaldes campsistas de Alicante se "rebelan" contra la dirección

Destacados alcaldes "campsistas" del PP de municipios alicantinos se "rebelaron" ayer contra la postura de la dirección de Alicante y cerraron filas con el jefe del Consell, Francisco Camps. Entre los que quisieron desmarcarse de Ripoll, figuran la alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa; quien aseguró que Camps tiene el respaldo de toda la provincia. también habló el alcalde de Santa Pola, Miguel Zaragoza, quien subrayó que nadie tiene dudas del liderazgo de Camps. Por su parte, el alcalde de El Campello, Juan Ramón Varó, emitió un comunicado en el que asegura su apoyo "incondicional y categórico" a Francisco Camps. "Tenemos la absoluta convicción sobre su honorabilidad e inocencia, frente a unas acusaciones ridículas, sin sentido y cargadas de intencionalidad, con el único objetivo de desacreditarle", añadió.