¿Cómo se va al nuevo hospital? ¿Qué autobuses hay que coger? ¿Hay metro? Enfermeros, auxiliares y celadores del hospital La Fe observan a diario que la próxima apertura del gran hospital homónimo en el Bulevar Sur sólo suscita una gran preocupación e inquietud en los pacientes que acuden a consultas externas o a realizarse algún tipo de prueba: el transporte. Pero la respuesta tampoco la tienen los empleados sanitarios, ya que muchos de ellos ni siquiera han visitado la nueva instalación y a poco más de un mes del traslado de las primeras consultas están a la espera de mantener una reunión informativa con las supervisoras, prevista para hoy.

"La gente joven está más contenta y tiene más expectativas que los más mayores", expresaba una auxiliar de Neurología que recuerda que cuando el histórico buque insignia de la sanidad valenciana se inauguró hace 42 años, "esto también era el fin del mundo", en clara alusión a los casi 7 kilómetros de distancia que los 200.000 pacientes del área 7 (Campanar) tendrán que recorrer para ir a su nuevo destino sanitario.

Los encargados de la mudanza ya han comenzado a revisar muebles y los equipos de las consultas para decidir lo que se trasladará al nuevo gigante sanitario, "sí, están haciendo el recuento pero no entiendo yo por qué hay que dejar aquí los muebles y comprarlos todos nuevos", comenta una auxiliar.

Uno de los neurólogos ya ha decidido que prefiere quedarse a trabajar en un sitio más modesto, co?mo es el centro de especialidades de la calle Alboraya, que cruzarse Valencia a diario. "A mí sólo me tocará un día, para los que vivimos cerquita de aquí la pega es irse para allá, es incómodo tenerse que desplazar y además da pena dejar esto, pero para la gente joven es una gozada y también para los enfermos porque con eso de las habitaciones individuales vale la pena estar enfermo", comenta.

Otra empleada de la consulta de Cardiología asegura que en el servicio "todavía no sabemos ni dónde vamos a trabajar". Varias sanitarias lamentan que el nuevo centro esté tan lejos del originario hospital. "Muchas vivimos por aquí y tener que ir hasta allá nos parte por la mitad; a mí no me apetece lo más mínimo, no me hace ninguna ilusión", indica una enfermera mientras que otra compañera declara que no tienen ni un dato: "Me parece muy mal la falta de información, no sabemos ni dónde vamos, ni cómo, ni cuándo... nada".

Un histórico jefe de servicio afirma que si alguien hubiese hecho una encuesta para saber si estaban a favor de un nuevo centro, "el 97% hubiera estado en contra, nadie se quiere ir, nadie lo ha pedido, además, la gran parte de servicios tienen menos espacio allí que aquí".

El mismo especialista califica el nuevo hospital de ser "una inversión bestial de un gobierno arruinado, que nadie ha pedido". Y en cuanto al objetivo que se plantea de que sea un hospital sin papeles, el médico expresa que aunque to?do el mundo maneja la tecnología, "de ahí a que no haya papeles...". No está de acuerdo con que eso sea un objetivo. "Que se maneje todo con informática puede ser un lío tremendo y muy empobrecedor ¡Qué Dios nos pille confesados", exclama.