Ximo Puig lanzó ayer un mensaje integrador minutos después de ser proclamado nuevo secretario general del PSPV. Abogó por dejar de lado los personalismos en el separtido y tendió la mano a todos los sectores. «Este proyecto no puede perder a nadie», proclamó. La matriz de su discurso fue esa: que los socialistas valencianos no tendrán una sola cabeza visible. «Lo importante es que haya liderazgos compartidos, no cesaristas. Debemos tener un gran equipo», sentenció.

El también diputado nacional avanzó, además, que quiere ser candidato en 2015. «Mi voluntad es concurrir a esas elecciones. El apoyo de hoy es muy importante para considerar esa cuestión. Pero en estos momentos no es la prioridad. Es reconstruir el partido y reiniciar el País Valenciano», prosiguió. El sistema de elección del candidato será a la francesa, con participación de afiliados y simpatizantes. «Tenemos dos años para reconstruir el partido y nuestra alianza con la sociedad», insistió.

«No al catastrofismo»

En esas primarias universales quiere que participe un importante número de personas con el fin de contribuir a la regeneración democrática. «Porque ahora la política está muy cuestionada. Y quiero ayudar a superar ese divorcio con la ciudadanía», continuó. Esa «experiencia a la francesa» estará «abierta al pueblo de izquierdas» y tendrá como objetivo que la clase política «se tome más en serio la participación ciudadana», según dijo.

Para tratar de recuperar la confianza de los ciudadanos, el nuevo líder del PSPV tratará de revertir parte de las políticas que hasta ahora ha impulsado Jorge Alarte: «Estamos para construir nuestra Comunitat Valenciana y no vamos a estar esperando tres años simplemente mandando mensajes catastrofistas. Queremos ayudar a que la gente que no tiene trabajo, lo encuentre; a que los jóvenes tengan esperanza; y a garantizar la educación pública», destacó el ya secretario general socialista.