Manuel M. S., el hombre de 55 años que el jueves fue detenido por causar importantes daños en una sucursal bancaria de Valencia con una maza, ingresó ayer en prisión por una requisitoria pendiente por incumplir una condena de trabajos en beneficio de la comunidad que le había sido impuesta al ser juzgado de un delito de violencia contra la mujer. Por los delitos de daños y atentado a agente de la autoridad el juzgado de guardia decretó su puesta en libertad, pero al tener la orden de ingreso pendiente de otro juzgado, el acusado acabó entre rejas, según apuntaron las fuentes consultadas por este periódico.

El arrestado, vecino de Torrent, destrozó el cajero de una sucursal bancaria de la calle Málaga el jueves por la mañana horas después de entrar en el banco para solucionar unos problemas con su tarjeta de crédito. Al parecer, el hombre recriminó a los encargados haberle recargado la tarjeta sin su conocimiento y les reclamó unos 200 euros, según apuntaron fuentes próximas al caso.

Posteriormente regresó armado con una maza grande y comenzó a destrozar el interior de la sucursal y el cajero automático mientras profería gritos contra los bancos. Este hombre de 55 años, que ayer se negó a declarar ante el juez, manifestó a una chica que se encontraba en las inmediaciones que había «reventado un banco porque le habían arruinado la vida». De hecho, según ha podido saber Levante-EMV, el hombre era dueño de una empresa de matrices que tuvo que cerrar hace unos dos años como consecuencia de la crisis económica.

Cuando la policía llegó a la avenida Burjassot de Valencia e intentó detenerlo éste ofreció fuerte resistencia. Los agentes tuvieron que sacar sus pistolas para que dejara la maza en el suelo pero una vez desarmado, el hombre les golpeó causándoles lesiones a dos de los policías. Un SAMU los atendió en el lugar de los hechos.