Minutos después de que la directora del centro de investigación, Isabel Muñoz, informara el pasado 10 de enero en un acto de bienvenida a los trabajadores de que la Conselleria de Sanidad mantenía para 2014 la misma financiación de 2013 y tras destacar que todo iba bien, a dos investigadores del laboratorio de Bioquímica Estructural que dirige Antonio Pineda se les comunicaba que estaban despedidos.
Uno de ellos es un científico que tenía una permanencia estable en el centro con un contrato Ramón y Cajal. El segundo era un postdoctoral.
La dirección justificó ambos despidos bajo el argumento de que el grupo al que pertenecían había obtenido malos resultados en una evaluación interna realizada en diciembre por el equipo directivo para evaluar la productividad y proceder así al reparto de la financiación.
Los despidos se cursaron como disciplinarios y cuando los dos investigadores recurrieron, se reconoció que ambos despidos eran improcedentes por lo que se les abonó una indemnización de 45 días, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes próximas a los trabajadores.
La explicación que entonces dio la dirección para justificar los despidos fue el resultado de la evaluación que dejaba las manos libres a los jefes de laboratorio para contratar, despedir o utilizar los recursos como mejor quisieran. Ambos despidos se ejecutaron sin conocer el resultado de la evaluación. Ni aún se conocen.
