El aeropuerto neoyorquino JFK comenzó ayer a aplicar medidas especiales de control para revisar a las personas procedentes de África Occidental que puedan estar infectadas con el virus del ébola. El JFK es el aeropuerto con mayor tráfico de pasajeros de la costa este de Estados Unidos, cerca de 50 millones al año, aunque es la ruta de entrada de la mayoría de los viajeros que llegan a este país procedentes del área más afectada por el ébola.

Las medidas, que fueron anunciadas el pasado miércoles por las autoridades estadounidenses, se extenderán la semana próxima a los aeropuertos Newark Liberty, en el vecino estado de Nueva Jersey, que también actúa como terminal aérea alternativa para Nueva York. También se extenderá el programa a los aeropuertos Washington Dulles, Chicago O'Hare y el de Atlanta, Hartsfield-Jackson, el que mayor número de pasajeros capta entre las terminales de todo el mundo, cerca de 95 millones al año.

Las medidas aplicadas inicialmente en JFK afectan a pasajeros procedentes de Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry, los países más afectados por la epidemia de ébola que brotó en marzo pasado y que ha causado ya más de 4.000 muertos.

Aunque no hay vuelos directos entre Nueva York y esos tres países, se podrá saber si los viajeros iniciaron su vuelo allí, y cuando lleguen a JFK les tomarán la temperatura con dispositivos que no harán contacto con la piel.

En caso de que tengan fiebre, se indagará si han tenido contacto con personas infectadas con ébola y, si es preciso, serán trasladados a lugares especiales en la terminal área para mantenerlos en cuarentena.

Las autoridades de la ciudad han determinado que las personas que presenten síntomas de ébola sean trasladadas desde el aeropuerto al hospital de Bellevenue, donde existen unidades especiales para tratar posibles infectados con ese virus.

Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), diariamente llegan a Estados Unidos unas 150 personas procedentes de los tres países africanos mencionados. El 94 % de todos esos pasajeros llegan a Estados Unidos a través de los cinco aeropuertos elegidos para adoptar controles especiales para prevenir el ébola, y la mitad de esos viajeros lo hacen a través del JFK.

Por otra parte, la demanda del traje de protección usado contra el ébola se dispara con el avance de la epidemia, mientras en organizaciones y centros sanitarios se imparten cursos sobre su uso porque es un equipamiento que sólo evita el contagio si se sigue estrictamente el protocolo. El fabricante ha triplicado su producción.