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El futuro de EU

Ignacio Blanco: "Tanto reconocimiento social y tan pocos votos"

Ignacio Blanco se reincorpora a su plaza de funcionario tras la debacle electoral de EU - Pasa de fiscalizar los contratos del Consell a gestionarlos como técnico de Justicia

Ignacio Blanco: "Tanto reconocimiento social y tan pocos votos"

Las grandes naciones solían honrar a las generaciones de jovenes caídos en la lucha por la libertad con un sencillo monumento al soldado desconocido. La nueva Valencia de izquierda surgida del cambio nace con la debacle de Esquerra Unida como losa en la conciencia. Mònica Oltra trató de ponerle una tirita ofrendando a Ignacio Blanco un puesto en el Consell. Había algo de reparación en la maniobra, pero Blanco dijo no.

El partido hiperactivo en la denuncia contra la corrupción los últimos años se quedó fuera de las Corts por primera vez en democracia, al margen de «la fiesta del 24 de mayo». Un partido extraparlamentario y con negro futuro y una grupo de políticos y asesores al paro. «Estoy orgulloso del trabajo de EU en las Corts, tengo la conciencia tranquila. No he podido hacer más y no he sabido hacerlo mejor», resume Ignacio Blanco, cabeza de cartel del partido en las pasada elecciones.

Blanco, de vuelta a la «vida civil» en su plaza de técnico de administración general en la Conselleria de Justicia, «asume» la derrota con deportividad: «Ha ganado la sociedad». Y añade: «Todavía me pasa que la gente me para por la calle, me agradece el trabajo, me da ánimos. Es un mensaje a mí y a EU». El reconocimiento hace más llevadero el duelo, pero la victoria «moral» no le quita el poso de amargura: «Nunca tuvimos tanto reconocimiento y tan pocos votos».

108.000, concretamente, el 4,4 %. Insuficiente para sortear ese listón electoral que tantas carreras ha frustrado. Las denuncias de Blanco, la alicantina Esther López o la diputada provincial Rosa Pérez Garijo contribuyeron a agitar el árbol, pero no hubo nueces para todos. Primera ironía. Blanco puede colgarse, metafóricamente, el trofeo de Alfonso Rus en la pared del despacho. Pero en el de su casa, no en las Corts.

Rus fue la gran pieza en la cruzada de EU contra la corrupción, pero también «persiguió» los sobrecostes en las obras de Santiago Calatrava en la Ciudad de las Ciencias; destapó el caso Over Márketing, apuntando a Serafín Castellano; presentó la denuncia que motivó la querella de la Fiscalía sobre el caso Valmor; aportó información al juez Castro sobre la derivada valenciana del caso Nóos... El trabajo se quedó, no obstante, sin el premio de las urnas.

Segunda ironía: en su regreso a la administración, Ignacio Blanco ha ido a caer al servicio de contratación de la Conselleria de Justicia. Dos semanas antes de su reingreso, el 29 de mayo, la Policía judicial entraba en esos mismos despachos para recoger los papeles de Avialsa, el caso que ha puesto fin a la carrera de Serafín Castellano. El excandidato ha pasado de fiscalizar la contratación del Consell desde las Corts a gestionar licitaciones, adjudicaciones y seguimiento de contratos desde dentro para el nuevo Consell del cambio.

El ciudadano Blanco reconoce con un poco de apuro que ahora «vive mejor». A diferencia de otros compañeros, este político en excedencia tenía una plaza de funcionario esperándole. «Antes me aburría menos, pero trabajaba más», bromea. También agradece la acogida de sus nuevos compañeros, que le están enseñando: «En la propia administración he percibido alegría general por sacudirse el yugo de un partido que ha patrimonializado las instituciones», apunta.

El excandidato y exdirigente de EU está preocupado por el futuro de su partido. «No se puede obviar que hay un final de ciclo. EU debe hacerse muchas preguntas sabiendo que algunas respuestas no serán agradable», dice Blanco, que renunció a integrarse en la dirección interina de Marga Sanz, quien se mantiene al frente hasta después de las generales. El último tren para EU pasa por «Ahora en común», la plataforma de unidad popular que se está cocinando en Madrid para las Generales. «Hay que trabajar para que se derriben esos muros» entre IU y Podemos, apunta.

Pero no será con él como candidato. O al menos eso sostiene. «Mi plan de vida no pasa por un cargo público. Soy una persona inquieta, joven y profundamente política. Más adelante espero seguir contribuyendo a la transformación. Pero a corto plazo es mejor estar en barbecho», asegura. Blanco trata de recuperar tiempo con su hijos y ultima un libro vinculado a su trabajo político. «Tengo ilusión, quiero participar en el debate público», pero desde su plaza de técnico de la administración, cogiendo «perspectiva», asegura. Quién sabe lo que está por venir. Un tal Joan Ribó también abandonó la política al frente de EU para volver a las aulas en 2007.

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