Están enfadados con los empresarios por el aparente idilio con el Consell de Puig.
Yo no estoy enfadado. Con los empresarios mi relación es muy buena siempre.
Hay quejas en privado de la dirección regional del PPCV, y en público. La presidenta, Isabel Bonig, enseñó en las Corts la foto del pacto social de Puig con los agentes sociales aludiendo a la «vieja política» y a «los poderosos».
Como delegado del Gobierno le digo que la relación con los empresarios es buena, al igual con los sindicatos y con otros colectivos.
Pero comparte que son la «vieja política»?
Yo no calificaría... Lo que digo es que tienen una función fundamental, que es la representación de un sector tan importante para el crecimiento y el empleo como los empresarios.
¿Ve mal la complicidad con el Consell de Puig?
Yo, lo que quiero en los empresarios y en el resto de colectivos es objetividad y que cuando las cosas se hagan bien por el Gobierno de España o por el autonómico que se aplauda y, cuando se hagan mal, se critique. Lo que no me gusta es que en un caso todo esté bien y en el otro, todo mal. Pido a los empresarios y a todos los colectivos que se enjuicie con objetividad e imparcialidad el trabajo que realiza cada uno de los gobiernos.
¿Cómo ve el panorama político?
El mapa ha cambiado mucho, hay una gran diversidad política, y el PP va a demostrar su capacidad de diálogo hablando con todas las fuerzas siempre, claro, que acepten el marco de la Constitución. Hace falta recuperar el espíritu de la transición, buscar consensos y acuerdos. Se auguran reformas económicas y políticas. El PP ya ha demostrado su capacidad de gestión; ahora va a presentar un proyecto ilusionante desde el centro. Porque solo se puede avanzar electoralmente desde el centro y llegando al corazón de las personas.
