El ejemplo de Baleares sirve a la organización valenciana en la teoría, pero en la práctica es difícil la extrapolación, fundamentalmente, por una cuestión de intendencia. El censo de militantes baleares llamados a votar en 2012 fue de 22.000 militantes. El PP en la C. Valenciana tiene en torno a unos 150. 000 militantes, la segunda agrupación en importancia numérica después de andalucía y por encima de la de Madrid o Galicia. A nadie se le escapa que la movilización de un censo de estas características es todo un reto. El PSPV movilizó entre simpatizantes y militantes a unas 50.000 personas en sus últimas primarias. Fue esfuerzo logístico de todo tipo (la organización de las votaciones, el manejo del censo, etc). Y la cifra de la movilización es tres menos que la que, sólo con militantes, se acercaría el PPCV. Hay otro problema añadido. El censo de afiliados debería purgarse, es decir, dar de baja a los militantes que no pagan sus cuotas o se borraron del partido. Esta regulación, según algunas fuentes no se ha hecho, y es posible que el mito de los 150.000 militantes, caiga. Según los datos del PP en 2015, con la marca ya de capa caída, siguieron afiliándose personas: 1.115, lo que sitúa la tasa de afilación en un 41%, es decir, el doble de la media nacional. Además, De la propia movilización de los afiliados dependen el éxito (al menos externo) de las primarias. Es una incógnita como reaccionará el afiliados valenciano la primera vez en 20 años que se le da voz, además de voto.
j. r. valencia
