La exalcaldesa de Valencia Rita Barberá salió airosa de su declaración como testigo en el juicio del caso Nóos. No rehusó ni una sola pregunta, pero evitó en todo momento asumir cualquier responsabilidad en ninguna de las irregularidades investigadas desde Palma. Sí admitió que se reunió en su despacho con el exduque de Palma Iñaki Urdangarin y con el exsocio de éste, Diego Torres, para negociar el impulso de unas jornadas «paralelas» a la celebración de la Copa América y que fueron proyectadas bajo el nombre de Valencia Summit. Barberá declaró ayer ante el tribunal que juzga a los 17 acusados del juicio del caso Nóos. La exalcaldesa y actual senadora destacó la importancia de recibir a Urdangarin «como una persona dos veces medallista, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y muy bien relacionado con los medios deportivos internacionales». Barberá relató que fue el expresidente del Comité Olímpico Internacional Juan Antonio Samaranch quien le recomendó que se reuniese con Iñaki Urdangarin para que le planteara su proyecto. Barberá recibió este consejo después de que Valencia resultase elegida sede de la Copa del América de 2007,a finales de noviembre de 2003. Según la exalcaldesa, Samaranch le planteó la conveniencia de que la ciudad acogiera eventos para «proyectar» su imagen internacional y le señaló a Urdangarin como posible organizador de «debates, conferencias y discusiones». De esta manera, Barberá recibió en su despacho oficial al esposo de la infanta Cristina y a Diego Torres, a finales de enero de 2004. Ambos subrayaron que el Instituto Nóos no tenía ánimo de lucro, algo que fue muy relevante para ella.

La senadora del PP y exalcaldesa ha hecho hincapié en que en aquella reunión no se trató del precio de los foros, que se celebraron en 2004, 2005 y 2006. En su comparecencia quiso precisar que en el encuentro «no se concretó nada y eran más que nada ideas», dejando claro tajante que no negoció nada acerca del precio de las jornadas.

A preguntas del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, Barberá, quien arrancó su comparecencia anunciado su intención de «colaborar plenamente con la justicia», recordó cómo Urdangarin le propuso «traer expertos del mundo para hablar de la ciudad en el marco de la Copa América», tras lo cual la entonces alcaldesa le recomendó que abordase este asunto con la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) y la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau (FTVCB), entidad de la que volvió a defender que tenía naturaleza privada. De hecho, al ser interpelada sobre si comprobó el destino que la FTVCB dio a los fondos del Summit, ha aseverado que esa «no era mi misión».

Se da la circunstancia de que el Tribunal de Cuentas, en un informe de fiscalización de las fundaciones de ámbito local incorporado a la causa, subraya que más del 80% de los ingresos anuales que percibe la entidad que sufragó parte de las tres ediciones del evento Valencia Summit son aportados por el Ayuntamiento de Valencia, determinando en su dictamen que se trata de una entidad integrante del sector público. Una conclusión que contrasta con las declaraciones efectuadas siempre por Barberá, quien sostiene que se trata de una entidad privada que por tanto no estaba sujeta a las normas de contratación pública, al igual que determinaba un dictamen jurídico aportado al caso Nóos por Urdangarin para intentar acreditar que no cabía supervisar o auditar el precio abonado por el evento deportivo.

De forma paralela, la actual senadora negó tajante que se reuniera con Urdangarin y Torres en el Palacio de la Zarzuela: «Ha sido un honor estar muchas veces allí, pero no para esto». Barberá ha rebatido así las afirmaciones de Torres, quien en un escrito situó el encuentro el 29 de enero de 2004, casi nueve meses antes de la firma del primer Valencia Summit.

El gestor fue Grau

A partir de ahí y al ser inquirida sobre el papel del exvicealcalde Alfonso Grau, acusado en la causa, la testigo ha asegurado que no dio «ni una sola instrucción ni orden» respecto a los Summit, una cuestión que ha considerado «colateral a todo el engranaje de problemas que había en el Ayuntamiento de Valencia». Preguntada por si comunicó a Grau la visita de Urdangarin, la exalcaldesa reconoció que «despachaba habitualmente» con el exvicealcalde. Y que en una ocasión le comentó «me ha llegado esto de Cacsa», en referencia al proyecto de la Valencia Summit.

Pese a que defendió ante el tribunal no recordar algunos hechos concretos, cuando se le interrogó sobre si recibió alguna propuesta de los proyectos de Urdangarin se escudó en que «ha pasado mucho tiempo y mucha vida» y subrayó que tras la reunión con los dos exsocios de Nóos «terminó mi preocupación sobre los Valencia Summit. Yo no dí ninguna conformidad o no conformidad» a ningún proyecto, se escudó. No obstante, la senadora del PP se mostró convencida de que la financiación de la mitad de los Valencia Summit por parte de la FTVCB «se hizo con todo el rigor del mundo» y defendió la gestión de su vicealcalde, Alfonso Grau, acusado en este proceso porque era presidente de la fundación. «Hemos sido colaboradores mucho tiempo; hemos tenido una buena relación que ha llegado hasta hace unos meses por diferentes causas que no vienen al caso», explicó Barberá en alusión al distanciamiento que mantiene con Alfonso Grau tras relegar a la mujer de éste, Maria José Alcón, en la lista electoral y estallar los escándalos de presuntas mordidas y blanqueo de capitales del grupo popular en el Ayuntamiento de Valencia. Preguntada si trató del asunto con el expresidente de la Generalitat Francisco Camps -citado a declarar el próximo viernes-, Barberá aseguró no recordarlo puesto que al exalto cargo del PP «le veía con muchísima frecuencia».

Finalmente, Barberá ha sido inquirida en torno a los Juegos Europeos, evento por el que el Instituto Nóos percibió 382.203 euros en 2006 pese a que no se llevó a cabo, sobre el que aseveró que «no sabía ni que existían. Yo creía que se trataba de los Juegos Olímpicos de la Juventud», remachó.