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El centímetro perdido

La guerra frenó la estatura de los valencianos

La talla media de los valencianos comenzó a declinar entre los nacidos en 1920 y no volvió a aumentar hasta los años 30

La guerra frenó la estatura de los valencianos

Un trabajo realizado por Javier Puche Gil para la Universidad de Zaragoza ha evaluado el impacto de la Guerra Civil y de la postguerra —el autor habla de la «autarquía franquista»— sobre la población valenciana mediante el tratamiento estadístico de los datos de estatura de los mozos en edad militar y de la mortalidad infantil.

Los resultados obtenidos del estudio de las tallas de los «mozos» de 10 archivos municipales, que centralizaban la totalidad de las remesas de jóvenes para el ejército procedentes de la Comunitat Valenciana nacidos entre 1900 y 1954, acredita que las generaciones surgidas entre 1920 y 1929, que vivieron de lleno «la exposición acumulada» de la guerra y la postguerra durante su fase de crecimiento perdieron casi un centímetro respecto a la que hubiera sido su evolución «natural» de haberse mantenido las condiciones vigentes en los primeros años del siglo XX.

Según el autor, «se observa que la talla creció algo más de un centímetro entre los nacidos a principios de siglo y las cohortes del periodo 1915-19».

«Esto sugiere que hubo progresos en condiciones de vida, sobre todo en dos componentes básicos: nutrición y exposición a la enfermedad», añade.

A partir de los nacidos en 1920 la estatura comenzó a declinar, alcanzando un valor negativo de casi un centímetro.

De hecho, los valores promedio vigentes en las primeras décadas del siglo XX no fueron recuperados hasta la llegada de las generaciones nacidas en 1930, que cerraron su ciclo de crecimiento en 1950.

La talla de los valencianos nacidos entre 1930-34 y 1950-54 creció tres centímetros.

«Puede resultar llamativo», admite el autor, que parte de ese crecimiento se produjera entre los que nacieron durante la Guerra Civil «y la coyuntura más crítica» de la inmediata posguerra.

Javier Puche recuerda que estas generaciones masculinas desarrollaron buena parte de su ciclo de crecimiento en un contexto sustancialmente mejorado durante la década de los 50 y 60, cuando se estabilizó el acceso a los alimentos y se universalizó el uso de antibióticos, sulfamidas y vacunas, además de los avances en educación maternal e higiene infantil. «Fueron generaciones que tuvieron margen para recuperarse de las carencias sufridas durante su primera infancia», añadió el investigador.

Una base de datos privilegiada

Javier Puche Gil hizo su primera tesis doctoral apoyándose en las fichas de 124.284 mozos valencianos. Para ello tuvo que fotografiar una a una las fichas de alistamiento depositadas en los archivos municipales de Castelló, Villareal, Gandia, Requena, Sueca, Alcoy, Elche, Orihuela, Pego y Villena. Posteriormente, los datos fueron introducidos en «tardes tediosas» en un ordenador para su procesamiento.

Puche destaca la «calidad» de los datos, tanto por la pulcritud con que se anotaban como por el hecho de que «aunque no todos llegaban a ir a filas»—el caciquismo y los enchufes obraban milagros—, «casi todos lo mozos pasaban por el acto del tallaje».

El estudio parte de un dato cuanto menos curioso, y es que la talla media de los valencianos es la más aproximada a la talla media de los españoles, lo que permite extrapolar algunos de los resultados al conjunto del país.

Además, los resultados para cada localidad o centro de alistamiento varían, lo que permite abrir nuevas líneas de investigación. Así, en Gandia «la penalización antropométrica asociable a la Guerra Civil y la postguerra fue mínima, mientras castigó a Elx, Pego o Requena, donde el racionamiento hizo estragos.

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