El Consell ha declinado acometer una reforma basada en el aumento de impuestos con el fin de sanear sus mermadas arcas. Ello a pesar de la infrafinanciación y los graves problemas de endeudamiento, que mantienen a la C. Valenciana en una casi perenne situación crítica en materia fiscal . De hecho, ha hecho casi lo contrario. Según el anteproyecto de la ley de Medidas Fiscales, de Gestión Administrativa y Financiera y de Organización de la Generalitat para 2017, las previsiones de recaudación apenas arrojan un balance positivo de 11 millones de euros. El motivo es una rebaja en el IRPF para 1,6 millones de valencianos, aquellos con rentas bajas y medias.

De este modo, el Ejecutivo ha optado por redistribuir las cargas fiscales, aumentando el IRPF a los que más tienen y rebajándoselo a los que menos. El método para llevar a cabo este cometido ha sido la creación de otro tramo en el IRPF autonómico. Hasta el momento había cinco; ahora se ha ideado un sexto que contempla las rentas entre 12.450 euros y 17.000 euros. Con todo, se ha puesto la barrera en los 50.000 euros. De ahí hacia abajo se aplica una rebaja en el IRPF, mientras que los que ganen más de 70.000 euros al año verán aumentada su carga fiscal, como se detalla en el gráfico adjunto.

De este modo se revierte una situación por la que hasta ahora la C. Valenciana ostentaba el título de autonomía que más gravaba a los pobres. En total, con esta medida la Generalitat pierde 75 millones de euros (porque hay más personas con rentas bajas que con altas). «Hay un coste fiscal para la administración valenciana, es duro para nuestra Hacienda, pero lo hemos hecho para ayudar a las familias que más han sufrido el golpe de la crisis», explicó ayer el conseller del ramo Vicent Soler. Según añadió, de este modo la Comunitat Valenciana se alinea con la mayor parte de las otras regiones en cuanto a impuestos a las clases altas (como máximo se cargará un 25,5 % de IRPF).

Familias monoparentales

Además de la reordenación del IRPF, el anteproyecto contempla una deducción para familias monoparentales. De acuerdo con el punto «Rescate de personas» incluido en el Pacte del Botànic, este tipo de familias se deducirán entre 300 euros (las de categoría general) y 600 euros (las de categoría especial). Se estima que el impacto de estas deducciones será de 560.000 euros menos para las cuentas de la Administración valenciana. Según los cálculos de los técnicos de Hacienda se beneficiarán un total de 1.500 familias de carácter general y 170 de categoría especial.

Entre las otras deducciones que propone el Consell en el anteproyecto se encuentran aquellas destinadas al autoconsumo energético. El objetivo es impulsar las energías renovables en el ámbito doméstico mediante descuentos en el IRPF. Con estas rebajas fiscales la Generalitat perderá 1,3 millones de euros y se beneficiarán 2.550 contribuyentes. «Es una manera modesta de cooperar con el freno a la emisión de gases invernadero y disminuir la dependencia energética del exterior», argumentó ayer Soler.

En esta línea, también habrá deducciones por obras en la vivienda habitual. En concreto, de hasta un 15 % del presupuesto de los trabajos realizados. No se podrán deducir obras en garajes, jardines, parques y piscinas, así como inversiones financiadas con subvenciones públicas. La previsión es dejar de recaudar 760.000 euros y que la medida llegue a 1.000 contribuyentes.

También habrá deducciones por abonos culturales. «No podemos luchar contra el 21 % del IVA cultural, pero sí podemos poner nuestro granito de arena y deducir algunos aspectos como los abonos», indicó Soler. Con estos beneficios para los usuarios de programaciones suscritas a convenios con CulturArts se estima que se dejarán de recaudar más de medio millón de euros.

No a la tasa turística

Pero no todo va a ser perder dinero por beneficios fiscales. El Consell también ha contemplado algunas propuestas recaudatorias, aunque no en la medida en la que recomendaban los expertos en su informe, como informó ayer Levante-EMV. Unos «sabios» consultados por el Gobierno valenciano para radiografiar el sistema tributario e idear mecanismos para mejorar las cuentas públicas.

Así, para compensar los 75 millones que se perderán por beneficiar a las familias de rentas bajas y medias, se incluirá una modificación en las bonificaciones del impuesto sobre sucesiones y donaciones.

En concreto, los descendientes y ascendientes mayores de 21 años, así como los cónyuges que hereden, tendrán una ventaja fiscal del 50 % y no del 75 % como hasta ahora. Con las modificaciones en el apartado de donaciones y sucesiones se prevén unos ingresos de cerca de 89 millones.

El Consell, sin embargo, se queda lejos de aplicar más gravámenes y deja muchas de las bonificaciones que criticaba del PP. Desde Podemos, por ejemplo, se pedía más contundencia con las rentas más altas. En este sentido, tampoco implantarán de momento la tasa turística. «No lo contemplamos de momento», informó ayer Soler, aunque reconoció que es un tema a debatir y que «muchos países europeos la tienen».