Tiene el título honorífico de Real y una trayectoria de 102 años. Pero la asfixia económica no respeta ningún parámetro. La Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV) ha lanzado un SOS a sus socios para que se esfuercen en captar nuevos asociados de Amics de la Real Acadèmia dispuestos a pagar cuota.

La entidad, según firma en esa carta el decano de la institución, «se encuentra en unos momentos especialmente delicados por falta de financiación». Federico Martínez Roda realiza este llamamiento «para garantizar su viabilidad económica». No corren el riesgo de bajar la persiana y poner fin a su trayectoria. Pero, consultada por este periódico, la institución asegura que si no cambian los ingresos se verán obligados a reducir su plantilla a la mitad: de los 6 trabajadores actuales a tener solo 3 en junio. Un empleado, de hecho, ya ha anunciado que se desvinculará tras ver las perspectivas negras que se ciernen en el horizonte.

Fuentes de la RACV señalan que la entidad no arrastra grandes deudas: unos números rojos de apenas 6.800 euros con una imprenta que les prestó un servicio pendiente de cobrar. Lo que les preocupa es el «bajo nivel» de ayudas públicas que están ingresando. El año pasado recibieron 2.800 euros del Ayuntamiento de Valencia, 33.000 euros de la Diputación de Valencia, y 10.000 de la Conselleria de Transparencia, según datos de la entidad. Muy lejos quedan los días de grandes subvenciones con el PP en esas tres instancias de poder.

La RACV sabe que necesita ser reconocida como entidad autonómica (ahora lo es provincial) para optar de un modo más ambicioso a las ayudas de la Generalitat. Ya intentaron cambiar sus estatutos con ese fin, pero el sector crítico a Martínez Roda consiguió tumbar la propuesta.

Entre las fuentes de financiación que ayudan a sustentar la Real Acadèmia figuran los 300 alumnos de su escuela, que pagan cuota. Eso les reporta unos 63.000 euros al año. El patrocinio de tesis doctorales es otra pata, más pequeña. Pero siguen necesitando donativos. Para afiliarse a su colectivo de Amics hay que pagar una cuota anual de 40 euros para los ciudadanos de Valencia, 20 euros para los que vivan fuera de la capital, y 15 euros para los menores de 30 años.

Asimismo, la entidad está intentando vender por internet ejemplares que ha editado a lo largo de su historia (sin valor patrimonial y con muchas copias) para conseguir inyección de fondos por pequeña que sea. En plena pax lingüística con la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), la RACV necesita ahora un balón de oxígeno económico.