La Conselleria de Sanidad ha previsto en los presupuestos de 2018 aumentar la partida destinada a sufragar las operaciones que se derivan a hospitales privados hasta los 11 millones de euros, la misma cifra que los últimos gobiernos del Partido Popular consignaron en sus cuentas, por ejemplo, en las de 2012.
Carmen Montón aseguró a su llegada a la conselleria que su intención era potenciar el autoconcierto como solución para contener las listas de espera, es decir, que los cirujanos de la pública hicieran más intervenciones fuera de horario y cobrándolo como un suplemento a su sueldo para, de forma paralela ir dejando a la privada como mero "complemento". Este aumento de la dotación presupuestaria de cara a 2018 ejemplifica que, al menos, las derivaciones se van a mantener un año más en los niveles de 2015 y 2016, años en los que el coste real de estas derivaciones superaron los 11 millones.
Fruto de ese compromiso político de hacer más con lo propio, los presupuestos para de y 2017 mantuvieron el dinero para operaciones en la privada en unos modestos cinco millones de euros. Mientras,en estos años, se han venido potenciando las medidas para aumentar las operaciones en autoconcierto. Así, de 2016 a 2017 se aumentó un 27 % estos recursos, subida a la que habría que añadir el millón y medio de euros para contratar a 21 nuevos equipos (103 personas) que en septiembre empezaron a operar también los sábados.
Gracias a este impulso, las intervenciones realizadas en horario de tarde han crecido: en 2015 fueron 14.496 operaciones y en 2016 la cifra subió a 15.488. Se ha operado más en la pública aunque parece que no en la medida que la administración esperaba, en buena parte porque los complementos ofrecidos a los profesionales no compensan el dejar la actividad en la privada que muchos compaginan.
11 millones: coste real
De esta forma, la conselleria ha tenido que mantener durante estos años (con ligeras variaciones) las operaciones que se derivan a la privada pese a la intención de Montón sobre todo atendiendo a la escalada de la demora quirúrgica que según el último corte de septiembre ya supera los cuatro meses de espera media. Así, las intervenciones que se han derivado a la privada se han reducido ligeramente desde la llegada de Montón a la conselleria: en 2015 fueron 13.367 mientras que en 2016 bajaron a 11.606.
El coste real de estas derivaciones, pese a que solo se habían previsto 5 millones de euros en los presupuestos, ha superado tanto en 2015 como en 2016 los 11 millones de euros (11.034.001 euros en 2015 y 11.006.203 euros) de ahí que para 2018 se haya decidido prever ya el gasto «real» de 11 millones de euros. De esta forma, la partida de 2018 no supone que se vaya a derivar más intervenciones a la privada pero sí asegura que, al menos, no se espera rebajar la colaboración con los hospitales privados.
La conselleria no ha aportado todavía los datos sobre el gasto real en esta partida durante este año 2017 y si, como sucedió en 2016, los 5 millones previstos para este año se duplicarán al cierre del ejercicio.
A estos 11 millones de dotación presupuestaria -que al menos evitarán tener que pagar facturas por enriquecimiento injusto-, Montón sumará otros 9,5 millones de euros para intentar rebajar la espera quirúrgica. Según explicó la consellera esta semana en su comparecencia en la comisión de economía de las Corts, se buscará la mejora de la demora quirúrgica tanto con esos 11 millones "reales" de presupuesto del plan de choque como con un aumento de plantilla que tendrá 3 millones de euros y otros 6,5 millones para el autoconcierto.
En total serán 20,5 millones de euros para atacar la bolsa de 63.288 personas que están esperando ser intervenidos. La cifra se acerca mucho a los 21 millones que los diferentes gobiernos del Partido Popular presupuestaron desde 2007 a 2011 para mandar pacientes a la privada como solución al atasco de personas esperando a pasar por el quirófano. En definitiva un mismo presupuesto para abordar un problema, aunque con diferentes enfoques.
