Dos colectivos vulnerables se han unido en beneficio mutuo: las mujeres víctimas de violencia machista y las familias que cuentan con necesidades asistenciales para las labores del hogar o el cuidado de personas dependientes. Las primeras necesitan trabajo para emanciparse y retomar sus vidas. Las segundas precisan ayuda externa para el día a día, en régimen interno o por horas. Una empresa (Aiudo, apoyada por la aceleradora de empresas Lanzadera) ha unido las dos necesidades, tras firmar un acuerdo con las asociaciones Alanna y La Casa Grande para la reinserción de mujeres que han sido víctimas de violencia de género, así como con Cruz Roja, que aporta su infraestructura para que reciban formación. Desde febrero de este año, 310 familias han contratado los servicios en toda España. En la actualidad hay 193 familias usuarias de este servicio en la Comunitat Valenciana y 50 empleadas víctimas de violencia machista.

«Damos empleo como cuidadoras a aquellas mujeres que han sido maltratadas y que se están reintegrando de nuevo en la sociedad. Se trata de una bonita colaboración entre las mujeres que necesitan apoyo para emanciparse y las familias que tienen necesidades asistenciales», explica el director de la empresa, Daniel Ibiza. Así pues, Aiudo ofrece posibles destinos de trabajo y el apoyo de una asociación local que supervisa la adaptación de estas mujeres.

Daniel Ibiza indica que el programa ha sido diseñado «para intentar colaborar contra la violencia de género y la situación de desamparo en la que se encuentran muchas personas de edad avanzada o en situación de dependencia». De esta manera, ayudan a aquellas mujeres que quieren abandonar su entorno habitual, poniendo los medios necesarios: transporte, formación en el cuidado, manutención, alojamiento en la familia y empleo como cuidadora en régimen interno. «Somos una empresa de impacto social. Un 20% de las mujeres que empleamos pertenecen a las asociaciones con las que hemos firmado el convenio», apunta.

Proceso de selección

No obstante, algunos clientes prefieren un servicio de asistencia por horas, que Aiudo también ofrece ya que cuenta con más de 1.000 profesionales validados por la plataforma. Para ello, se someten a un test psicológico de 200 preguntas que entresaca 16 rasgos de su personalidad y que son los que deben encajar con los solicitados por el cliente. «Así hay menos rotación y existe una relación fluida, ya que normalmente se trata de personas mayores y/o con dependencia. Nosotros no imponemos una cuidadora, sino que se pueden ver diferentes candidatas, todas ellas idóneas, para elegir la que mejor se adapte», explican desde Aiudo. Si la trabajadora no cumple las expectativas se le ofrece alternativa.

Las cuidadoras son contratadas directamente por las familias a través del convenio de empleado del hogar, bien de forma interna o externa. La selección se cuida al detalle. «Además de asegurarnos de que la candidata tiene la documentación en regla y hacerle una entrevista personal, ponemos a disposición de las familias procesos corporativos que emplean las grandes compañías», concluyen.